En el hogar, nos gusta sentir calma y desasosiego. Estas sensaciones pueden percibirse a través de la decoración y los efectos que trabajemos dentro de los espacios; por eso, vamos a conocer qué es la luz retráctil.
El sentimiento de comodidad es fundamental en los interiores. Cuando sabemos que un lugar se adapta a nuestras necesidades y tiene los recursos que realmente nos hacen sentir bien, es entonces cuando hemos coordinado la armonía en el conjunto.
La iluminación es un principio sobre el que trabajar de forma coherente. No debemos limitarnos a la disposición de unas pocas luces funcionales con las que poder ver; en realidad, debemos incidir en ellas como concepto decorativo que permita generar un ambiente determinado.
¿Qué es la luz retráctil?
La luz retráctil podría definirse como el tipo de posicionamiento que hacemos de la iluminación con el fin de generar un ambiente determinado. En el fondo, se considera la contraposición a los focos y lámparas de techo, tanto por el formato como por la manera de alumbrar.
Desgranando más aún el concepto «retráctil», habría que especificar que su apariencia muestra cierto ocultismo y ensimismamiento, pero sin perder la capacidad de irradiar luz hacia el espacio donde se encuentra.
Esto no quiere decir que vayamos a tener penumbra sino que sería otra manera de trabajar la decoración. Hoy en día, el mundo de la hostelería suele utilizar esta fórmula para crear un entorno más sofisticado, distinguido y singular, especialmente en baños y halls de entrada.
Es momento de innovar y conocer otras fórmulas decorativas para el hogar.
4 tipos de luz retráctil
En una vivienda, todos los espacios son apropiados para tener este tipo de iluminación; no obstante, hay que saber dónde ubicarla correctamente y tener bien claros nuestros objetivos. Vamos a conocer algunas tipologías de luz retráctil:
En el baño solemos tener, por norma general, un espejo encima del lavabo. Para poder vernos mejor la cara, podemos disponer un halo de luz alrededor sin que incida directamente en nuestros ojos; además, se irradia hacia los alrededores.
Si se desea generar una sensación apacible y sencilla en el salón, podemos situar una pequeña lámpara colgante desde el techo en un punto en concreto. Evidentemente, no va a iluminar todo el espacio pero atraerá nuestra atención; de ahí la importancia de su distribución.
Una lámpara de mesa, también, se encuentra dentro de este grupo. Ocurre algo parecido con el caso anterior: favorece el carácter sosegado y tranquilo, muy apropiado para un rincón de lectura. La cuestión está en que tratemos de focalizarlo únicamente en un sector de la habitación.
También, hay pequeños focos portátiles que podemos emplear en cualquier parte de la casa. Son útiles para leer en la cama o para crear cierta intimidad ya que transmiten templanza y dirigen la luz hacia un cerco espacial no demasiado amplio.
Luz retráctil para el jardín
En el caso de que queramos que los exteriores de la casa estén ambientados con este tipo de iluminación, es preciso que utilicemos farolillos que pueden adquirir energía por placas solares, electricidad o pilas.
Los hay a ras de suelo y que dirigen la luz, por ejemplo, hacia un camino. También, está la posibilidad de que sean más altos y guarden cierto paralelismo con las lámparas de interior; en este caso, alumbran un recorrido o una zona determinada.
Sin duda alguna, los que más están triunfando son los que se sitúan empotrados en las paredes. Dirigen la luz hacia el propio muro y el suelo, algo muy parecido a como se hace con los monumentos. Así, generan comodidad visual por la colocación que tienen.
El efecto estético de la luz retráctil atrae todas las miradas.
¿Qué tipo de luz requiere?
Generalmente, es la luz cálida la que mejor se ajusta, principalmente, porque es más acogedora y nos ayuda en la concentración y la calma personal, dos características que están asociadas a este concepto estético. Interesa, sobre todo, para el salón, el dormitorio o la entrada.
De todos modos, también, puede aplicarse la luz blanca, especialmente en el baño, teniendo en cuenta que va a requerir un poco más de iluminación, debido a la práctica de acciones funcionales, como el aseo personal.
¿Qué es la luz retráctil?
La luz retráctil podría definirse como el tipo de posicionamiento que hacemos de la iluminación con el fin de generar un ambiente determinado. En el fondo, se considera la contraposición a los focos y lámparas de techo, tanto por el formato como por la manera de alumbrar.
Desgranando más aún el concepto «retráctil», habría que especificar que su apariencia muestra cierto ocultismo y ensimismamiento, pero sin perder la capacidad de irradiar luz hacia el espacio donde se encuentra.
Esto no quiere decir que vayamos a tener penumbra sino que sería otra manera de trabajar la decoración. Hoy en día, el mundo de la hostelería suele utilizar esta fórmula para crear un entorno más sofisticado, distinguido y singular, especialmente en baños y halls de entrada.
Es momento de innovar y conocer otras fórmulas decorativas para el hogar.
4 tipos de luz retráctil
En una vivienda, todos los espacios son apropiados para tener este tipo de iluminación; no obstante, hay que saber dónde ubicarla correctamente y tener bien claros nuestros objetivos. Vamos a conocer algunas tipologías de luz retráctil:
En el baño solemos tener, por norma general, un espejo encima del lavabo. Para poder vernos mejor la cara, podemos disponer un halo de luz alrededor sin que incida directamente en nuestros ojos; además, se irradia hacia los alrededores.
Si se desea generar una sensación apacible y sencilla en el salón, podemos situar una pequeña lámpara colgante desde el techo en un punto en concreto. Evidentemente, no va a iluminar todo el espacio pero atraerá nuestra atención; de ahí la importancia de su distribución.
Una lámpara de mesa, también, se encuentra dentro de este grupo. Ocurre algo parecido con el caso anterior: favorece el carácter sosegado y tranquilo, muy apropiado para un rincón de lectura. La cuestión está en que tratemos de focalizarlo únicamente en un sector de la habitación.
También, hay pequeños focos portátiles que podemos emplear en cualquier parte de la casa. Son útiles para leer en la cama o para crear cierta intimidad ya que transmiten templanza y dirigen la luz hacia un cerco espacial no demasiado amplio.
Luz retráctil para el jardín
En el caso de que queramos que los exteriores de la casa estén ambientados con este tipo de iluminación, es preciso que utilicemos farolillos que pueden adquirir energía por placas solares, electricidad o pilas.
Los hay a ras de suelo y que dirigen la luz, por ejemplo, hacia un camino. También, está la posibilidad de que sean más altos y guarden cierto paralelismo con las lámparas de interior; en este caso, alumbran un recorrido o una zona determinada.
Sin duda alguna, los que más están triunfando son los que se sitúan empotrados en las paredes. Dirigen la luz hacia el propio muro y el suelo, algo muy parecido a como se hace con los monumentos. Así, generan comodidad visual por la colocación que tienen.
El efecto estético de la luz retráctil atrae todas las miradas.
¿Qué tipo de luz requiere?
Generalmente, es la luz cálida la que mejor se ajusta, principalmente, porque es más acogedora y nos ayuda en la concentración y la calma personal, dos características que están asociadas a este concepto estético. Interesa, sobre todo, para el salón, el dormitorio o la entrada.
De todos modos, también, puede aplicarse la luz blanca, especialmente en el baño, teniendo en cuenta que va a requerir un poco más de iluminación, debido a la práctica de acciones funcionales, como el aseo personal.
Vía: midecoración
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