Desde el principio del proyecto, la idea fue dividir el espacio en dos zonas claramente diferenciadas: la social, lo más integrada posible, y la privada, con la suite de la pareja, la habitación del bebé y una oficina que, ocasionalmente, podría transformarse en un dormitorio de invitados.
Mueble multifuncional.
La intervención transformó la sala de estar en un espacio rectangular (originalmente tenía forma de L) y se integró con todas las demás áreas sociales. En la zona social, organizada de forma lineal y continua, la cocina permanece fuera de la visión de los que entran en la casa pero resulta fácilmente accesible. Asimismo y como las propietarias deseaban una gran terraza, la superficie del balcón original se amplió cogiendo parte del antiguo salón.
Parte de las necesidades de las propietarias se resolvieron con la creación de un gran volumen de almacenaje en el centro del piso. Explican los arquitectos que «para adaptar los espacios a las demandas de la pareja, la solución elegida fue la creación de un gabinete multifuncional. Esta pieza de mobiliario sirve a tres espacios de la casa: el pasillo para acceder a los dormitorios, donde funciona como armario; la sala de estar, enmarcando la televisión y ocultando otros equipos; y la cocina, con la fijación de la mesa del comedor y un nicho para el bar».
Casetones de hormigón como elemento estético.
Otra decisión importante, pero en cuanto a la estética, fue dejar dejar vistos los casetones de hormigón del techo, después de quitar el falso techo de yeso. La estructura fue tratada adecuadamente, ganando un mayor protagonismo junto al tono verdoso del gabinete. También se eligió usar texturas y colores más suaves en otras superficies para mantener la luminosidad y un ambiente confortable en el apartamento.
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