A la hora de distribuir una vivienda, normalmente se busca una clara separación entre las zonas de día y de noche, ya que el dormitorio es un espacio bastante íntimo en el que se requiere paz y tranquilidad. Sin embargo, cada vez se ven más dormitorios open concept (abiertos al salón), no ya solo por cuestiones de espacio sino de pura estética.
Abrir un dormitorio al salón o colocarlo junto a él de forma que sea posible visualizarlo en su totalidad desde el sofá, suele obedecer a cuatro razones:
1. Espacio: En pisos pequeños a veces no queda otra que juntar todos los espacios en uno para evitar particiones, tabiques o puertas.
2. Economía: Un dormitorio abierto es más barato de «instalar» que uno tabicado, especialmente si la separación se realiza con unas simples cortinas o nada.
3. Luz: En aquellas tipologías de piso que tienen su parte central sin ventana, el utilizar tabiques vidriados que traspasen la luz del salón hace que el dormitorio reviva.
4. Estética: La apertura de espacios en una vivienda es una tendencia al alza, y al igual que las cocinas americanas, que hoy en día son el 70% de las que se construyen, los dormitorios abiertos empiezan a ganar adeptos por la sensación de espacio y amplitud que crean. Eso sí, para aquellos desordenados, obliga a hacer la cama todos los días.
A cambio, la desventaja principal de abrir un dormitorio al resto de áreas de la casa es la pérdida de privacidad y la excesiva luminosidad, que obliga a crear algún tipo de separación flexible para mitigarlo.
Como dormitorios «open concept» hay muchos, vamos a detallar las principales formas de abrirlos al salón para que elija la suya.
Apertura total
Es la forma más sencilla y más barata de crear un dormitorio de la nada. Implica una apertura total, sin particiones de ningún tipo, y es habitual en estudios pequeñitos o micropisos donde el espacio es el que es. Básicamente se busca un espacio donde colocar la cama, y ya está.
Tiene la desventaja de una absoluta pérdida de privacidad, por lo que solo es apta para personas que vivan solas o parejas bien avenidas.
Separación con cortinas
Esta es una de las formas más fáciles y flexibles de integrar un dormitorio al salón manteniendo una cierta privacidad cuando se desea y una apertura total del espacio cuando se busca amplitud.
Es también característica de pisos muy pequeños o bien de pocos recursos a la hora de reformar, pues es de las opciones más baratas y versátiles.
A cambio, el principal problema es que dejan pasar todos los ruidos y es difícil que cubran toda la luminosidad procedente del salón, aún utilizando cortinas opacas, pues siempre hay resquicios por los que se cuela la luz.
Lo habitual es colocar un riel recto en el techo e instalar una o dos cortinas de lado a lado.
No obstante, también es posible crear un tabique virtual completo colocando rieles curvados que permitan un cierre total por todos los lados.
Es también característica de pisos muy pequeños o bien de pocos recursos a la hora de reformar, pues es de las opciones más baratas y versátiles.
A cambio, el principal problema es que dejan pasar todos los ruidos y es difícil que cubran toda la luminosidad procedente del salón, aún utilizando cortinas opacas, pues siempre hay resquicios por los que se cuela la luz.
Lo habitual es colocar un riel recto en el techo e instalar una o dos cortinas de lado a lado.
No obstante, también es posible crear un tabique virtual completo colocando rieles curvados que permitan un cierre total por todos los lados.
Separación con un tabique
Otra forma de conseguir un dormitorio abierto al salón de una forma más privada y estable mitigando un poco más los ruidos que proceden del salón es levantar un solo tabique que separe ambas zonas, normalmente del lado largo.
Esta opción, al no llevar tampoco puerta alguna y dejar un lado completamente abierto, también deja pasar la luz y los ruidos, pero el tabique de suelo a techo mitiga un poco ambos, con lo que mejora la funcionalidad respecto a la opción anterior para quienes necesitan un descanso absoluto.
A cambio, resulta una opción menos flexible que las cortinas, ya que el tabique es permanente y no se podrá modificar cuando se quiera visualizar todo el espacio.
Si se desea evitar el «efecto pared» (a costa claro de perder aislamiento) es convertir el tabique en un separador de espacios, habitualmente a base de tiras de madera de mayor o menor grosor.
Otra opción es utilizar el vidrio como material base para el separador, que aísla del ruido a la vez que deja pasar toda la luz y la visión.
Tabiquería de cristal
Una opción muy atractiva para los dormitorios Open Concept es sustituir los clásicos tabiques de ladrillo o pladur por una cristalera.
Esta opción se utiliza sobre todo para evitar dormitorios ciegos, dejando de esta forma pasar toda la luz hacia el dormitorio, y evitando la sensación de espacio angosto que este tipo de dormitorios suele provocar cuando están encerrados por cuatro tabiques.
La desventaja, aparte de el exceso de luz, que tendrá que mitigarse con cortinas o estores adicionales, es que deja al dormitorio casi sin tabiques, por lo que suele ser difícil colocar armarios de suelo a techo, optando por no ponerlos o utilizar los «burros» típicos de las tiendas.
No obstante, es un recurso tan atractivo que incluso aunque los dormitorios tengan su ventana, se utiliza también por razones puramente estéticas, dotando al dormitorio de protagonismo y generando un potente espacio visual aunque el piso no sea pequeño.
Aunque la opción más atractiva es colocar el tabique de vidrio de suelo a techo, también se puede construir un marco para una doble puerta y sustituir las clásicas opacas por dos puertas de cristal, de forma que el dormitorio mantenga algo más de privacidad o deje tabiques a los lados para poder colocar armarios, cómodas u otras piezas de mobiliario.
Dormitorios-caja
Abrir un dormitorio al salón implica en ocasiones la sensación de formar parte de éste y de ahí la pérdida de privacidad.
Un recurso estético para solucionar esta opción es crear una «caja» alrededor del dormitorio, con un escalón de entrada, techo y tabique específico y una gran apertura central bien rectangular o semicircular.
De este modo se consiguen mitigar aún más los ruidos (pues disponen de tabiques en 3 de sus lados y techo propio) y permiten la utilización de cortinas o paneles japoneses a la hora de cerrar visualmente la gran apertura central.
Cuando los pisos son pequeños, también se puede ubicar la cama en cajas más angostas a modo de nicho, que no obstante tienen su atractivo visual.
Altillos
Si le gustan los dormitorios open concept, la última forma de abrir un dormitorio al salón, especialmente cuando disponemos de techos altos, es colocar el dormitorio en el altillo, al que se accede por una escalera.
Esta opción permite una mayor privacidad visual que otras (pues normalmente no se suele visualizar la cama de forma tan obvia como en el resto de opciones, al quedar a una altura fuera de los ojos), aunque deja pasar todo el ruido y la luz procedente del salón.
Si se desea mayor privacidad, se puede combinar esta opción con otras, como la instalación de un tabique de suelo a techo ya sea de vidrio o de otros materiales.
En fin, como podrán comprobar, los dormitorios open concept son una tendencia de lo más atractiva y cada vez más habitual en nuestras casas.
Vía: Decofilia
No hay comentarios:
Publicar un comentario