El apartamento, explica el estudio NAN Arquitectos , ofrecía «muchas posibilidades ya que era completamente exterior con tres fachadas a ocupar. Además es muy luminoso gracias a que está en la parte más alta edificio». Trabajando sobre esta caja de casi 140 m², el interior de la vivienda se distribuyó en tres zonas: la entrada con el estar y la cocina; el pasillo, con las habitaciones de los hijos y el baño común; y el dormitorio de los padres, junto a la lavandería.
Espacio de convivencia familiar.
La primera de estas zonas, concebida como un lugar de convivencia donde fomentar los espacios de reunión propios de una familia, es un espacio diáfano, completamente abierto, sin paramentos verticales de separación. Únicamente cinco lamas blancas de suelo a techo señalan sutilmente la separación entre el vestíbulo y el estar-comedor, evitando la visión directa de este espacio desde la puerta de entrada. Asimismo, la distribución de la propia cocina, diseñada por el propio estudio con el espacio de trabajo encarado al comedor, permite conversar mientras se preparan y cocinan los alimentos.
A continuación y separado de la zona de día por una puerta corredera, el pasillo se corresponde con la configuración más estrecha de la casa, donde las dos habitaciones infantiles y el baño común están distribuidos a lo largo de uno de sus lados. El cuarto de baño común se ubica entre ambas estancias debido a condicionantes funcionales y técnicos, y da servicio tanto a los dormitorios infantiles como a la zona de día. Estos dormitorios son habitáculos amplios y completos, donde los niños tienen su propio lugar de estudio y descanso. La estética responde al criterio utilizado para el resto de la casa, donde la estructura de hormigón vista y los acabados en tonos claros adquieren protagonismo.
Jugar con materiales translúcidos.
Al final del pasillo, donde se amplía de nuevo la vivienda, se encuentra el dormitorio principal y la lavandería-almacén. En este espacio de la casa, que sigue el mismo esquema que el resto, se juega con materiales translúcidos que aportan cierta privacidad, permitiendo el paso de la luz. A ambas estancias se accede a través de un pequeño vestíbulo, marcado por un cambio de pavimento. En la habitación de los padres, la cama está orientada hacia la ventana y apoyadada en un tabique con una estructura con cristal translúcido en su parte superior, que la separan del cuarto de baño. Éste es un espacio muy fluido y unido a la habitación, ya que carece de puerta de cierre.
La combinación de la madera de eucalipto y el cerámico de gran formato en las zonas húmedas crea un ambiente de estilo nórdico, fresco y acogedor al mismo tiempo. Enmarcada en esta estética y sin despojar la vivienda del falso techo, se ha dejado ver como la estructura de hormigón atraviesa los diferentes módulos de forma independiente, convirtiéndola en un punto focal donde convergen los principios constructivos del edificio y una fuerte carga estética.
Concluye el estudio de arquitectura que «la luz artificial busca su protagonismo de manera discreta e ilumina los diferentes espacios arquitectónicos para enfatizar aquellos elementos que nos interesan según el momento del día de manera directa, indirecta o residual.»
Para más información visiten: NAN Arquitectos
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