lunes, 15 de abril de 2019

Lujo de alta mar en las alturas

De los exclusivos interiores de superyates a rascacielos en pleno corazón de Nueva York. El estudio March & White desembarca en la Gran Manzana por todo lo alto
Después de especializarse en el exclusivo interiorismo de grandes yates y aventurarse en clubs privados, el tándem formado por Elliot March y James White, del estudio londinense March & White, se ha atrevido con este ambicioso proyecto residencial compuesto de 88 plantas. El lujo, la calidad y la sofisticación que hasta ahora estos interioristas premium impregnaban en alta mar los lleva ahora hasta tierra firme, concretamente al 125 de Greenwich, en un impresionante rascacielos, obra de Rafael Viñoly, situado en el Lower Manhattan. Todos y cada uno de los espacios interiores del edificio se visten de materiales nobles, donde impera la elegancia con toques de vanguardia a partir de una acertada mezcla de elementos atemporales como el mármol con otros modernos e irreverentes, como el metal y el cristal.
Dentro de cada apartamento, el mobiliario cede el protagonismo a las impresionantes vistas. Y no es para menos. El skyline de la Gran Manzana se muestra en toda su plenitud frente a los cerramientos acristalados del edificio. Y ante ello, no queda otra que disfrutarlas cómodamente, con asientos envolventes, piezas de mobiliario que juega con las texturas y las formas
March & White eligió tres paletas de colores para los acabados interiores inspiradas en las panorámicas que pueden divisarse desde el edificio: por un lado está Terra, que evoca los tonos naturales de la tierra; por otro Aqua, que se corresponde con el color siempre cambiante del río Hudson; y por último Stratus, en relación con las nubes blancas visibles desde la parte superior del edificio. Cada una de las viviendas está personalizada con muebles y accesorios a medida, y el mobiliario de cocina ha corrido a cargo de ARAN Cucine, a partir de un diseño específico que juega con tres tonos: madera clara, media y oscura, utilizada para las unidades base y los módulos de pared, en combinación con el vidrio en oro rosa. Todo ello rematado con acabados en bronce, níquel y aluminio.
Dejando la vivienda y sus extraordinarias panorámicas a un lado, los propietarios disponen, dentro del propio edificio, de otros espacios de lujo de estética acorde al conjunto, así como una piscina, un cine, un restaurante, un gimnasio, un spa, una biblioteca y un exclusivo bar salón. En definitiva, un ejemplo de lujo mayúsculo.

Para más información visiten: Marcha & White


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