No se trata de que convirtamos nuestra casa en un palacio barroco donde se recarguen absolutamente todos los espacios. De lo que se trata es de investigar, observar y aprender, con el fin de que extraigamos lo mejor de este estilo y sepamos cómo darle presencia en una vivienda.
La elegancia es un concepto que ofrece muchas connotaciones. El propio contenido que ofrece a nivel decorativo es muy amplio, pero lo que sí podemos sacar en claro es que nos proporciona una estética que difiere de otros estilos más actuales, como pueden ser el minimalista o el rústico.
El Palacio de Versalles y su historia
El Palacio de Versalles se configura como un complejo arquitectónico en el que se conjugan distintas soluciones arquitectónicas propias del barroco francés. Su construcción data de la segunda mitad del siglo XVII, teniendo varias fases. Su ubicación está próxima a París, en la localidad de Versalles.
Por otro lado se encuentra el papel de pared, un recurso que tiene un inicio y desarrollo en este palacio. Es realmente significativa su apariencia, tratando de recubrir la estructura arquitectónica y embelleciendo el exterior.
A su vez, el estilo versallesco siempre trata de darle importancia al suelo. Este se cubre a través de alfombras con las que proporcionar calor y ofrecer una estética barroca a través de estampados vegetales, de rocallas y líneas curvas.
Las lámparas que destaquen lo máximo posible
Una exigencia directa del rey Luis XIV es que haya una iluminación contundente, que permita hacer relucir todos los dorados y que pueda contemplarse cada rincón del palacio perfectamente. Para ello, solicitará tener lámparas de gran calidad.
Lo más curioso de todo es que el estilo versallesco ha sido el claro precedente de las lámparas galantes que tenemos en nuestros hogares. Todos hemos sido invitados alguna vez a una vivienda en la que tratan de dar una apariencia elitista, utilizando para ello lámparas semejantes a las de este palacio.
En realidad, no hemos inventado nada. Esta concepción ya se estaba haciendo en Francia en época barroca. Trataban de combinar la luz, los cristales y los dorados con la intención de poder mostrar relevancia social y, sobre todo, magnificencia.
El rojo no puede faltar en el estilo versallesco
Evidentemente, el color rojo es bastante llamativo se mire por donde se mire. Sin embargo, también hay que situarlo dentro del contexto palaciego, debido a que ofrece una apariencia elegante que, combinado con el dorado, se convierte en una tonalidad muy interesante para los interiores.
Tanto en el mobiliario (principalmente los asientos) como en las propias cortinas tiene gran presencia. Un ejemplo muy claro es el caso del dormitorio de la emperatriz, mostrando, además, cierta sensibilidad y pasión mediante este color.
En definitiva, luz y fuerza es lo que trata de ofrecerse a través del estilo versallesco. Se busca una estética galante dentro de la ubicación natural donde se sitúa el palacio.
El Palacio de Versalles y su historia
El Palacio de Versalles se configura como un complejo arquitectónico en el que se conjugan distintas soluciones arquitectónicas propias del barroco francés. Su construcción data de la segunda mitad del siglo XVII, teniendo varias fases. Su ubicación está próxima a París, en la localidad de Versalles.
Luis XIV, conocido también como el rey sol, manda realizar esta obra grandilocuente en la que quiere reflejar el poder real. Se trata de mostrar la importancia que está adquiriendo Francia en una época convulsa donde los grandes imperios europeos tratan de abrirse paso en el continente.
Pues bien, este palacio va a ser el fiel ejemplo de decoración elegante, donde predominarán los dorados, las curvas, la diversidad de líneas y la estética galante. Todo debe estar en consonancia con lo que es la corona y el esplendor de la familia real.
El dormitorio de estilo versallesco, un espacio de ensueño
Probablemente, al contemplar la decoración del dormitorio del rey sienta cierto agobio por la redundancia de elementos de distinta índole; es decir, se está produciendo un recargamiento exagerado del espacio, tratando de completar cada uno de los rincones.
El centro más atractivo de este dormitorio es la cama, la cual queda oculta en cierta medida por el dosel. Lo que se trata de realizar aquí es una privatización de la misma para, así, eliminar cualquier atisbo de luz. Hoy en día numerosas tiendas de decoración venden doseles semejantes.
Por otro lado se encuentra el papel de pared, un recurso que tiene un inicio y desarrollo en este palacio. Es realmente significativa su apariencia, tratando de recubrir la estructura arquitectónica y embelleciendo el exterior.
A su vez, el estilo versallesco siempre trata de darle importancia al suelo. Este se cubre a través de alfombras con las que proporcionar calor y ofrecer una estética barroca a través de estampados vegetales, de rocallas y líneas curvas.
Las lámparas que destaquen lo máximo posible
Una exigencia directa del rey Luis XIV es que haya una iluminación contundente, que permita hacer relucir todos los dorados y que pueda contemplarse cada rincón del palacio perfectamente. Para ello, solicitará tener lámparas de gran calidad.
Lo más curioso de todo es que el estilo versallesco ha sido el claro precedente de las lámparas galantes que tenemos en nuestros hogares. Todos hemos sido invitados alguna vez a una vivienda en la que tratan de dar una apariencia elitista, utilizando para ello lámparas semejantes a las de este palacio.
En realidad, no hemos inventado nada. Esta concepción ya se estaba haciendo en Francia en época barroca. Trataban de combinar la luz, los cristales y los dorados con la intención de poder mostrar relevancia social y, sobre todo, magnificencia.
El rojo no puede faltar en el estilo versallesco
Evidentemente, el color rojo es bastante llamativo se mire por donde se mire. Sin embargo, también hay que situarlo dentro del contexto palaciego, debido a que ofrece una apariencia elegante que, combinado con el dorado, se convierte en una tonalidad muy interesante para los interiores.
Tanto en el mobiliario (principalmente los asientos) como en las propias cortinas tiene gran presencia. Un ejemplo muy claro es el caso del dormitorio de la emperatriz, mostrando, además, cierta sensibilidad y pasión mediante este color.
En definitiva, luz y fuerza es lo que trata de ofrecerse a través del estilo versallesco. Se busca una estética galante dentro de la ubicación natural donde se sitúa el palacio.
Vía: midecoración
No hay comentarios:
Publicar un comentario