domingo, 31 de marzo de 2019

¿Cómo diseñar un jardín con desniveles?

Los jardines en terreno inclinado son más difíciles de diseñar que los jardines llanos. Sin embargo, existen muchas posibilidades para lograr que un jardín en pendiente sea realmente atractivo y esté bien aprovechado. Si su jardín tiene las características que hemos mencionado y quiere hacer de él un espacio más bonito, siga leyendo el siguiente artículo.
Una pendiente puede ser un escenario dramático para un jardín de rocas o siembra en terrazas y plataformas. Pero un jardín con desniveles parece más grande y da más juego, aunque a la hora de diseñarlos no vale cualquier cosa.
Antes de proyectar se debe estudiar el terreno en profundidad. Solo así podremos sacar el máximo partido de cada zona y crear un diseño armónico de conjunto.
La elección del tipo de técnica más adecuada (terrazas, taludes, o rocalla) dependerá en parte de la inclinación del terreno y de si la topografía es irregular o no. Un paisajista profesional puede ayudarle a determinar cuál es la mejor solución para su jardín.
Una pendiente de menos de 3% no requiere ninguna planificación especial, pero del 3% al 10% se necesita algo de control de la erosión, y para más del 10% son recomendables técnicas específicas de contención.

Taludes
En el caso de los taludes, el principal inconveniente es que sufren especialmente la erosión del agua de lluvia o de riego que se desliza por su suelo, es decir la escorrentía.
La mejor forma de reducir el efecto erosivo del agua y evitar que arrastre el suelo es retener la tierra plantando especies con un fuerte sistema radicular: hiedra, aliso, tomillo, vinca, etc. Por ejemplo para laderas soleadas, usar azucenas o madreselvas, palmitos y agaves, y para las sombrías, lirios de los valles o acantos. También sirven para este efecto algunos tipos de césped resistentes: grama, bermuda.
Trabajando con la inclinación y orientación de la pendiente se pueden destacar unas plantas sobre otras y generar espacios muy interesantes.
Algunas recomendaciones técnicas para los taludes son:

Instalar un sistema de riego por goteo para reducir la escorrentía del agua de riego.
Formar un pequeño montículo de tierra y mantillo debajo de cada planta en la parte descendente para formar una cuenca que capture el agua de lluvia.

Mejorar el suelo, si es muy pobre, agregando tierra fértil, arena gruesa y turba para ayudar a la planta a retener el agua y que no se vaya por pendiente.
Para taludes con poca pendiente podemos retener el suelo mientras las plantas se estabilizan usando un geotextil anti-hierbas o un plástico negro.
Para taludes con mucha pendiente (> 45grados) es mejor el uso de mallas de plantación, redes metálicas o mantas vegetales, y mejor plantar especies de poco o nulo mantenimiento ya que habrá dificultad en el acceso.

Una de las soluciones más decorativas para salvar las pendientes son las rocallas.
En una zona rocosa natural, con pendientes y piedras, las plantas crecen hermosas y libremente entre las rocas sin necesidad del cuidado alguno.
También podemos recrear este jardín rocoso en nuestras casas, sólo hace falta empotrar en el talud piedras de distintos tamaños. Varias juntas, otras separadas, algunas rocas o piedras que estén cubiertas por la mitad de su volumen de tierra y arena, otras sobrepuestas una encima de la otra, en forma recta o escalonada, creando un paisaje lo más parecido al natural.
Para rocallas es mejor elegir especies de crecimiento bajo y resistentes. Entre los huecos plantar arbustos enanos, como los enebros, tapizantes como la hiedra o especies bajo desarrollo como el romero rastrero, jaras, margaritas, vincas y vivaces. Es conveniente no abusar del número de distintas especies en las rocallas, con tres o cuatro diferentes se puede acondicionar una rocalla de forma atractiva, ya que el protagonista en este caso es la roca.
El principal cuidado que requiere el jardín de rocas es la eliminación de las malas hierbas, y para ello son de gran ayuda los acolchados de grava o corteza de pino.

Terrazas

Otra posibilidad para salvar las pendientes es haciendo terrazas a distintos niveles. Esta es una opción acertada cuando disponemos de una gran superficie pero si el espacio es pequeño puede resultar más apropiado modelar el terreno con una rocalla.

La plantaciones en terrazas no requieren de ningún trato diferencial al que tendría un jardín convencional ya que cada terraza se comportaría como un mini-jardín. A nivel de diseño es importante que se armonicen las terrazas entre si y que los sistemas de contención sean muros de mampostería, de piedra seca, de gaviones, de madera o rocas, guarden relación con la arquitectura y los materiales de la vivienda.

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