A lo largo de la historia del arte, hemos descubierto algunos movimientos artísticos que se han confirmado como auténticos referentes en el mundo del interiorismo y la arquitectura. Un caso especial es la Escuela de Chicago, un exponente en arte y decoración.
Estados Unidos va a ser el país donde nos encontremos un auténtico centro de producción y desarrollo. No cabe duda de que esta escuela ha sido una de las pioneras en realizar nuevos diseños y tratamientos decorativos, tanto fuera, como dentro de los edificios.
Es necesario recalcar que los trabajos que realicen servirán de punto de inflexión y harán que el arte esté presente en las viviendas. Van a ser una fuente de donde beberán numerosos arquitectos y diseñadores.
Un poco de historia sobre la Escuela de Chicago
A finales del siglo XIX y principios del XX se desarrolla la Escuela de Chicago. Este movimiento se conforma por un amplio número de artistas, algunos de ellos grandes arquitectos que destacan en aquella época por aplicar recursos innovadores.
El arte visto a través de Richardson y Sullivan
Tanto Henry Hobson Richardson, como Louis Sullivan ven en la arquitectura y en el interiorismo los medios donde poder expresar su arte. Consideran que nuestras viviendas deben ser espacios donde cada detalle debe ser cuidado para, así, alcanzar el arte.
En el caso de Richardson, sus obras se configuran por muros muy consistentes y amplios, basados en lineas rectas y en formas básicas que sirvan principalmente para alzar el edificio y conseguir funcionalidad.
Por otro lado está Sullivan, quien trató de remarcar la verticalidad más rotunda de los edificios fomentando la ascensionalidad. Predomina la rectitud, pero, sobre todo, la masa general a modo de bloque. Un caso ejemplar es el edificio Carson.
En realidad, las obras de ambos arquitectos son muy personales; es decir, poseen ciertos contenidos que les hacen ser individuales y unitarios. Frente a la monotonía de la estética de las ciudades, sobresalen sus obras.
Podría decirse que se ha perdido la producción en masa en favor de un tipo de construcciones más diferenciadoras.
¿Qué hay en el interior?
Las obras de la Escuela de Chicago destacan fundamentalmente por la estética que ofrecen hacia el exterior. Sin embargo, ¿qué es lo que puede encontrarse en el interior? Algunas de las características son las siguientes:
Si desde fuera se comprueba que hay geometrización y linealidad, en el interior también lo encontramos. Normalmente, la propia apariencia externa habla de lo que hay dentro; es decir, sirve de preámbulo.
Un concepto que está muy asentado en estos edificios es la diafanidad. Lo que principalmente se pretende conseguir es la amplitud y espacialidad. De esta manera, también se puede hablar de grandilocuencia en el interior.
La perspectiva va a ser un principio sobre el que se sostienen estos edificios. Desde la propia calle se descubren perfiles realmente sorprendentes, pero desde dentro se ha intentado buscar distintos ángulos que denotan originalidad.
La creatividad es el punto fuerte de estos artistas que han sabido explotar todos los recursos de los diseños interiores.
Repercusión e influencia en el interiorismo
Hay que entender que la repercusión que tuvieron estas obras fueron realmente interesantes. Además, se les consideró pioneros en muchos ámbitos, sirviendo de modelos para el desarrollo de nuevos conceptos en diseño de edificios.
No hay que olvidar que para llegar a desarrollar nuevos procesos constructivos, hay que tener inspiración y creatividad. Por eso, la Escuela de Chicago puede presumir de ser un referente para la construcción de grandes edificios destinados para viviendas y oficinas.
En definitiva, esta escuela ha sido considerada uno de los principales focos de producción creativa e innovadora.
Un poco de historia sobre la Escuela de Chicago
A finales del siglo XIX y principios del XX se desarrolla la Escuela de Chicago. Este movimiento se conforma por un amplio número de artistas, algunos de ellos grandes arquitectos que destacan en aquella época por aplicar recursos innovadores.
¿Por qué se va a caracterizar esta escuela? Van a ser los que introduzcan nuevos materiales y técnicas constructivas, buscando nuevos horizontes y tratando de mostrar una estética nueva en las ciudades. La idea es salir de la norma habitual y abrir nuevos campos de expresión.
A su vez, van a destacar por un tipo de construcción que hasta el momento no era conocido: el rascacielos. Las grandes dimensiones que adoptan estos edificios serán una característica realmente original. Se rompe la dinámica artística traída hasta el momento.
El arte visto a través de Richardson y Sullivan
Tanto Henry Hobson Richardson, como Louis Sullivan ven en la arquitectura y en el interiorismo los medios donde poder expresar su arte. Consideran que nuestras viviendas deben ser espacios donde cada detalle debe ser cuidado para, así, alcanzar el arte.
En el caso de Richardson, sus obras se configuran por muros muy consistentes y amplios, basados en lineas rectas y en formas básicas que sirvan principalmente para alzar el edificio y conseguir funcionalidad.
Por otro lado está Sullivan, quien trató de remarcar la verticalidad más rotunda de los edificios fomentando la ascensionalidad. Predomina la rectitud, pero, sobre todo, la masa general a modo de bloque. Un caso ejemplar es el edificio Carson.
En realidad, las obras de ambos arquitectos son muy personales; es decir, poseen ciertos contenidos que les hacen ser individuales y unitarios. Frente a la monotonía de la estética de las ciudades, sobresalen sus obras.
Podría decirse que se ha perdido la producción en masa en favor de un tipo de construcciones más diferenciadoras.
¿Qué hay en el interior?
Las obras de la Escuela de Chicago destacan fundamentalmente por la estética que ofrecen hacia el exterior. Sin embargo, ¿qué es lo que puede encontrarse en el interior? Algunas de las características son las siguientes:
Si desde fuera se comprueba que hay geometrización y linealidad, en el interior también lo encontramos. Normalmente, la propia apariencia externa habla de lo que hay dentro; es decir, sirve de preámbulo.
Un concepto que está muy asentado en estos edificios es la diafanidad. Lo que principalmente se pretende conseguir es la amplitud y espacialidad. De esta manera, también se puede hablar de grandilocuencia en el interior.
La perspectiva va a ser un principio sobre el que se sostienen estos edificios. Desde la propia calle se descubren perfiles realmente sorprendentes, pero desde dentro se ha intentado buscar distintos ángulos que denotan originalidad.
La creatividad es el punto fuerte de estos artistas que han sabido explotar todos los recursos de los diseños interiores.
Repercusión e influencia en el interiorismo
Hay que entender que la repercusión que tuvieron estas obras fueron realmente interesantes. Además, se les consideró pioneros en muchos ámbitos, sirviendo de modelos para el desarrollo de nuevos conceptos en diseño de edificios.
No hay que olvidar que para llegar a desarrollar nuevos procesos constructivos, hay que tener inspiración y creatividad. Por eso, la Escuela de Chicago puede presumir de ser un referente para la construcción de grandes edificios destinados para viviendas y oficinas.
En definitiva, esta escuela ha sido considerada uno de los principales focos de producción creativa e innovadora.
Vía: midecoración
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