Una de las partes del cuerpo por donde más rápidamente nos enfriamos es a través de los pies. No hay nada mejor que tenerlos calientes y sobre un suelo acolchado. Por eso, le mostramos algunos ejemplos de alfombras de pelo para el invierno.
Existen muchas tipologías, algunas muy elaboradas, con estampados y materiales de alta calidad, pero ¿le proporcionan calor?, ¿son cómodas? Quizá interese más una alfombra funcional que le dé comodidad, especialmente en época de frío.
Parece que nos dejamos llevar por los típicos productos comerciales o simplemente por alfombras con estampados y dibujos que estéticamente son muy interesantes pero no son de un buen material. Hay que quitarse este concepto de la mente.
Un placer para tus pies
Las alfombras de pelo largo tienen una cualidad especial: generar confort y bienestar para los pies. No cabe duda de que este tipo de productos son los más adecuados para el hogar, especialmente para el dormitorio.
Su tipología y estética también ayudan en la decoración. Se comparten características funcionales y decorativas. Gracias a su comodidad, sentirá que está pisando sobre una nube y, además, guardan muy bien el calor.
Estas alfombras se complementan muy bien en el espacio y entre el mobiliario, habiendo variedades de colores, aunque suelen predominar los tonos lisos. De esta manera, sus pies no volverán a quedarse fríos y estarán resguardados del suelo.
Alfombra antracita
Existe una amplia variedad de colores y tamaños, pero lo que interesa de esta alfombra es la calidad del pelaje. Además, es bastante fácil de adquirir y se encuentra a muy buen precio:
El material es acrílico y poliéster: proporciona comodidad y sensación de un suelo tupido, acolchado y confortable.
Posee pelo largo de unos 5 centímetros de altura y un peso de 10 kg, siendo muy diferente a las típicas alfombras de los mercados o de tipología persa que suelen tener un pelo más fino y bajo.
Las tonalidades son bastante variadas: las hay en colores oscuros, pero lo que más conviene es que haya complementariedad con el resto del mobiliario, por eso, está la gama grisácea, una de las más vendidas del mercado.
Tipología de lana
Otra variedad muy difundida es la realizada en lana. Su textura es, probablemente, de las más suaves y que mayor resistencia ofrece. No hay que olvidar que una alfombra está hecha para ser pisada, por lo que se hace necesario que sea un material consistente.
Vista desde arriba parece de textura aterciopelada. Solamente su apariencia transmite suavidad y confort.
Es una alfombra muy acolchada, mullida y, evidentemente, cómoda. El contacto con ella transmite una sensación de relajación, como si se detuviese el tiempo.
El material es, por tanto, terso y esponjoso.
Por supuesto, existen diferentes tamaños y su precio se encuentra muy aproximado a las alfombras de poliéster.
A la hora de elegir, tanto esta tipología como la anterior son buena elección, pero este caso es, sin duda, ejemplo de cómo la suavidad puede tener forma.
Imitación de la piel de animal
Para las personas que les gustan los productos de imitación, existe una fórmula que son las alfombras con apariencia propia de un animal. Sin embargo, no es piel auténtica.
Se pueden encontrar distintos tipos de simulaciones. Una de las más vendidas es la alfombra que imita la piel del carnero, de tonalidad blanca o beige y de pelo largo.
En el fondo, el material es piel sintética con una estética que simula la realidad. El pelo es suave y fino.
En este caso, su disposición en el hogar debe ser un lugar donde pueda ser vista y disfrutada. Por eso, sería una buena incorporación para el salón o el dormitorio.
Modelo apropiado para el baño
La suavidad también puede estar representada a través de alfombras hechas en lana sintética. Estas, a su vez, simulan el pelo de oveja. El formato es diferente a los anteriores, siendo de forma circular y es muy apropiada para el baño.
Al ser más reducida puede encajar mejor en espacios más pequeños. Eso sí, no pierde la suavidad y la comodidad. Además, no pesa nada y se complementa perfectamente con el mobiliario del baño.
Un placer para tus pies
Las alfombras de pelo largo tienen una cualidad especial: generar confort y bienestar para los pies. No cabe duda de que este tipo de productos son los más adecuados para el hogar, especialmente para el dormitorio.
Su tipología y estética también ayudan en la decoración. Se comparten características funcionales y decorativas. Gracias a su comodidad, sentirá que está pisando sobre una nube y, además, guardan muy bien el calor.
Estas alfombras se complementan muy bien en el espacio y entre el mobiliario, habiendo variedades de colores, aunque suelen predominar los tonos lisos. De esta manera, sus pies no volverán a quedarse fríos y estarán resguardados del suelo.
Alfombra antracita
Existe una amplia variedad de colores y tamaños, pero lo que interesa de esta alfombra es la calidad del pelaje. Además, es bastante fácil de adquirir y se encuentra a muy buen precio:
El material es acrílico y poliéster: proporciona comodidad y sensación de un suelo tupido, acolchado y confortable.
Posee pelo largo de unos 5 centímetros de altura y un peso de 10 kg, siendo muy diferente a las típicas alfombras de los mercados o de tipología persa que suelen tener un pelo más fino y bajo.
Las tonalidades son bastante variadas: las hay en colores oscuros, pero lo que más conviene es que haya complementariedad con el resto del mobiliario, por eso, está la gama grisácea, una de las más vendidas del mercado.
Tipología de lana
Otra variedad muy difundida es la realizada en lana. Su textura es, probablemente, de las más suaves y que mayor resistencia ofrece. No hay que olvidar que una alfombra está hecha para ser pisada, por lo que se hace necesario que sea un material consistente.
Vista desde arriba parece de textura aterciopelada. Solamente su apariencia transmite suavidad y confort.
Es una alfombra muy acolchada, mullida y, evidentemente, cómoda. El contacto con ella transmite una sensación de relajación, como si se detuviese el tiempo.
El material es, por tanto, terso y esponjoso.
Por supuesto, existen diferentes tamaños y su precio se encuentra muy aproximado a las alfombras de poliéster.
A la hora de elegir, tanto esta tipología como la anterior son buena elección, pero este caso es, sin duda, ejemplo de cómo la suavidad puede tener forma.
Imitación de la piel de animal
Para las personas que les gustan los productos de imitación, existe una fórmula que son las alfombras con apariencia propia de un animal. Sin embargo, no es piel auténtica.
Se pueden encontrar distintos tipos de simulaciones. Una de las más vendidas es la alfombra que imita la piel del carnero, de tonalidad blanca o beige y de pelo largo.
En el fondo, el material es piel sintética con una estética que simula la realidad. El pelo es suave y fino.
En este caso, su disposición en el hogar debe ser un lugar donde pueda ser vista y disfrutada. Por eso, sería una buena incorporación para el salón o el dormitorio.
Modelo apropiado para el baño
La suavidad también puede estar representada a través de alfombras hechas en lana sintética. Estas, a su vez, simulan el pelo de oveja. El formato es diferente a los anteriores, siendo de forma circular y es muy apropiada para el baño.
Al ser más reducida puede encajar mejor en espacios más pequeños. Eso sí, no pierde la suavidad y la comodidad. Además, no pesa nada y se complementa perfectamente con el mobiliario del baño.
Vía: midecoración
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