El inicio del recorrido del cliente es en la recepción, que fue tratada como un salón donde las funciones de registro, espera y bar están mezcladas en un gran salón, el latón natural y el cemento polimérico son los protagonistas de este espacio, adjunto queda el lavabo que es un espacio reducido, pero rico sensorialmente, sintético y expresivo. Todo en el mismo lenguaje material.
El espacio principal es un área para consultas y tratamientos con sala de espera y espacios técnicos con todo el equipo necesario oculto. Aquí, el hormigón blanco rodea la habitación en las paredes, techo y piso.
Además, las sillas de tratamiento están frente a una ventana muy amplia, que enmarca el horizonte de Brasilia. Las otras salas son administrativas y técnicas, todas en el mismo lenguaje conceptual y material.
Este proyecto también es un homenaje al diseño de muebles brasileños, con piezas de diseñadores premiados como Paulo Mendes da Rocha (ganador de Pritzker), Jader Almeida, Fernando Prado, Guilherme Wentz, Estudio Ninho y muchos otros. Estos tipos de muebles tienen una conexión natural con la arquitectura.
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