viernes, 23 de noviembre de 2018

Sillas de piel

Siempre vinculada con una calidad y un gusto exquisitos, la piel es un material con numerosas aplicaciones que van desde elegantes zapatos y bolsos hasta muebles y objetos para el hogar. Ya sea piel sintética o auténtica, unas sillas de piel darán un toque de exclusividad y energía a salones y comedores.
Sillas de piel: máxima calidad para el comedor
Si bien las sillas de piel se tratan de muebles muy versátiles y podemos encontrar un amplio número de usos, uno de los emplazamientos favoritos para estas sillas es el comedor. El comedor es uno de los espacios de la casa donde más se cuidan los detalles, ya que si vamos a organizar una cena de gala, siempre queremos sorprender a nuestros invitados por nuestro buen gusto.
A simple vista, las sillas de piel pueden parecer sillas corrientes pero si nos acercamos, veremos como se tratan de piezas únicas. Una de las propiedades más aclamadas de la piel es su suave tacto. A diferencia de las sillas de madera, que pueden resultar más incómodas para sentarse por la naturaleza rígida de este material, las sillas de piel ofrecen una experiencia de un confort elevado.

Sillas de piel: un must para la oficina

Una de las habitaciones en las que más importancia adquiere la elección de la silla es sin duda la oficina. No son precisamente pocas las horas que muchos tenemos que pasar sentados junto al escritorio y por ello tenemos que hacernos con una silla que destaque por su ergonomía. Además de un diseño impecable y exquisito, las sillas de cuero nos proporcionan un cómodo asiento para hacernos las horas de trabajo más llevaderas.

Cuidados para las sillas de piel

La piel es un material que nos puede sorprender por la larga duración que nos puede prestar, pero para asegurar que nuestras sillas de piel lucen siempre su mejor cara, debemos cuidarlas de manera especial desde el primer día. En primer lugar, es crucial evitar limpiar las sillas de piel o cuero con cepillos o instrumentos rasgantes, ya que pueden estropear la calidad de la misma. Tampoco es aconsejable el empleo de aceites o amoniacos no especializados en el cuidado de las pieles, sino que tendremos que hacernos con productos especiales.

Vía: Westwing

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