sábado, 3 de noviembre de 2018

Sillas con reposabrazos

Una silla es mucho más que un simple asiento, pues estos muebles son a su vez una pieza clave en la decoración de una sala, pueden pasar por elementos extras a incluso los mismos protagonistas de un espacio. Gracias a su comodidad, las sillas con reposabrazos ocupan un lugar especial en nuestro catálogo.
SILLAS CON REPOSABRAZOS: CONFORT Y DISEÑO
Los reposabrazos no solo sirven para hacer de una silla un asiento mucho más cómodo, especialmente para personas mayores, al poder apoyar los brazos y no tener que dejarlos caer, sino que estos elementos pueden aportar un toque decorativo muy distinguido.
Las sillas con reposabrazos pueden combinar un gran espectro de materiales para crear una auténtica pieza de coleccionista: madera, aluminio, plástico, forja, etc. Son muchas las sillas que incorporan un respaldo y asiento fabricado en plástico con reposabrazos y patas de madera, para así crear un aspecto armónico y sencillo muy apreciado en el estilo nórdico. También podremos encontrar numerosas sillas con reposabrazos con nombre y apellidos, dignas de ser exhibidas en un museo, como lo son las sillas Eames o las modernas sillas Flow.

SILLAS CON REPOSABRAZOS: MÁXIMA ERGONOMÍA

Si hay un lugar en la casa donde la ergonomía y el confort adquieren una importancia aún mayor es la oficina. Puesto que pasamos largas horas sentados trabajando en el ordenador o el escritorio, es crucial crear un ambiente cómodo para evitar futuros problemas de salud y a la vez rendir más en el trabajo.

Las sillas con reposabrazos son la solución perfecta para descansar los brazos mientras trabajamos en la oficina. No es casualidad que la práctica totalidad de las sillas de oficina incorporen reposabrazos. 

A la hora de escoger una silla con reposabrazos para un despacho debemos tener en cuenta varios aspectos:

Respaldo: esta parte de la silla es muy importante para evitar futuros dolores de espalda. Es esencial que el respaldo tenga una dimensión mayor que la de nuestra espalda, para asegurar que la apoyamos por completo.

Altura: para una ergonomía perfecta, la altura de las sillas debe ser tal que podamos apoyar los pies en el suelo sin dificultad.

Reposabrazos: los reposabrazos tienen que estar al mismo nivel que la mesa de trabajo. Así, si apoyamos las manos en el escritorio, los codos quedarán a la misma altura.

Vía: Westwing

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