En la céntrica calle Orense de Madrid, Gloria Matías y Silvia Soriano han transformado un oscuro bar de copas en el Wonder Brow. Un local de planta casi imposible, fuertes proporciones longitudinales y geometrías quebradas, donde las socias y fundadoras del estudio de interiorismo Mikä Møka han proyectado un espectacular escenario. “Nos encantan los retos, las aventuras y crear espacios donde el concepto es el protagonista”, señalan las interioristas.
Ya desde la entrada, los clientes se adentran en un recorrido por espacios de llamativos y vibrantes colores. Cada uno de ellos con una atmósfera y carácter propio, y al mismo tiempo parte de un ambiente teatral común. La continuidad entre ellos se logra gracias al uso de materiales y acabados comunes. De esta forma los espacios, aunque independientes, no pierden la conexión.
Abierto a la calle a través de una muy estrecha fachada, el local recibe al visitante con el “Brow Bar”. Lleno de luz y color, este primer espacio de bienvenida llama la atención por sus paredes, sobre las que se dibuja una retícula llena de colores y distintos materiales. Hechos a medida, los muebles se integran perfectamente en el diseño.
Estética hollywoodiense de los años 50
A continuación, la zona de Make Up y Dry Bar se ha ambientado al más puro estilo de los camerinos de Hollywood en los años 50, sobre un telón de fondo de ladrillo visto. “Queremos que en ella el cliente se sienta como una verdadera estrella”, explican las fundadoras de Mikä Møka.
Una piel de tonos neutros y un interesante juego de texturas envuelve el Nails Bar. Dominado por los tonos salmón y turquesa, aquí el color lo aportan el mobiliario y los esmaltes.
Con colores planos y negros sobre blanco, la Zona de Espera y Cobro de Wonder Brow se llena de guiños al mundo del cómic. Diseñada como una viñeta a gran escala, se llena de globos y bocadillos. En ellos los clientes pueden escribir mensajes o fotografiarse, para convertirse así en los protagonistas de la historia.
Tratamiento facial en la barra de un bar
Coincidiendo con el primer quiebro de la planta, el Skin Bar alberga en un mismo espacio usos muy distintos y a priori incompatibles. Tratamientos faciales sobre la barra de un bar crean momentos distendidos. Un espacio donde el dispensador de cervezas, las botellas decorativas, el color y la retroiluminación de materiales crean un ambiente divertido y sofisticado.
Tratamiento facial en la barra de un bar
Coincidiendo con el primer quiebro de la planta, el Skin Bar alberga en un mismo espacio usos muy distintos y a priori incompatibles. Tratamientos faciales sobre la barra de un bar crean momentos distendidos. Un espacio donde el dispensador de cervezas, las botellas decorativas, el color y la retroiluminación de materiales crean un ambiente divertido y sofisticado.
La Facial Zone alberga un ambiente tranquilo, perfecto para tratamientos faciales de mayor duración. Al igual que el Skin Bar, se llena de tonos rosas y salmón.
A mitad del recorrido, la Pedicure Station alberga la zona de mayor relajación. Un remanso de paz donde los colores se desaturan y los contrastes pierden intensidad.
Al fondo de la planta, el Lashes room ofrece un espacio íntimo y relajado. En él, las luces tenues y los colores empolvados potencian la tranquilidad y la relajación.
Fotografía: Gloria Byler
Para más información visiten: Mikä Møka
Vía: diarioDESIGN
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