La estrategia principal del proyecto radica en la idea de mejorar el proceso de cocción. Como si estuviéramos hablando de una cocina casera, un volumen abierto de cerámica y mármol, enmarcado por una estructura de rejilla suspendida que coloniza el espacio. La cocina no tiene nada que ocultar y también se une al espacio mostrando todos sus engranajes a los clientes.
Con un ambiente industrial y minimalista, el diseño se organiza en tres áreas definidas por diferentes piezas de muebles diseñadas y producidas localmente. La estructura de acero está cubierta por una fina malla de metal blanco y se extiende más allá de los límites del área de servicio, articulando el espacio entre los usuarios y el espacio de los trabajadores.
En la parte superior y posterior, los estantes de madera de roble completan el espacio para la exhibición de productos. La paleta de materiales se basa en la armonía y la simplicidad. Una relación equilibrada entre el cemento gris pálido, la calidez de la madera y los detalles de bronce coexiste en el luminoso espacio blanco.
Para más información visiten: Gustavo Guimarães
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