Al menos ésta ha sido la fórmula que ha funcionado en una vivienda de 55 metros cuadrados ubicada en un edificio de principios del siglo XX que ocupa toda una manzana.
El piso sólo cuenta con vistas a dicho patio y con una abertura en el baño a otro patio interior.
La distribución original jugaba en contra. Solo ventilaban al patio el salón y el dormitorio. La cocina lo hacía a través del cuarto de baño, y las otras dos habitaciones no contaban con ningún tipo de ventana.
Llevar la luz natural al interior de la vivienda ha sido el objetivo prioritario. La creación de espacios continuos ha sido la clave.
Para ello, se ha derribado la tabiquería y se ha ampliado la pared de carga. Después se han repensado las estancias.
La cocina es ahora el punto neurálgico de la casa. Realiza las funciones de recibidor, se abre al salón-comedor y articula el acceso al baño y las habitaciones.
Para dotar de privacidad las estancias más íntimas, el estudio ha recurrido a otro sencillo recurso: puertas correderas. “Entendemos las puertas como tabiquería móvil, una herramienta que nos permite transformar el espacio en un medio flexible, fluido y continuo”, cuenta el equipo encabezado por los arquitectos Carles Francesch, Esther Flavià y Araceli Manzano.
La importancia de los materiales.
En un espacio tan pequeño y casi diáfano, el mínimo detalle puede servir para delimitar los espacios. Por ejemplo, el uso de pavimentos diferenciados. Baldosas hidráulicas para las zonas de agua (cocina, baño y lavadero) y tarima maciza de roble para el salón y los dormitorios.
Con la particularidad de que es el mismo en todas las estancias comunes. De este modo, el dibujo de aires retro de las baldosas es igual en la cocina y el baño.
Los colores, claves en la luz.
Con la nueva distribución, la luz del patio ahora entra más lejos, pero aun así han reforzado el efecto con la paleta de colores.
Sobre la base neutra que conforman el blanco (imprescindible para otorgar luminosidad), la madera en tonos claros y el ladrillo visto, una serie de colores suaves salpica las diferentes estancias a modo de luminarias naturales. Para lo que ha colaborado y mucho el proveedor de mobiliario: DomésticoShop.
Nos referimos también, por ejemplo, al sofá Tanya de color mostaza de Kavehome; la lámpara de lectura del salón, de la misma marca – modelo Verse en azul; las sillas Ice verde agua de Maisons du Monde, el mobiliario de terraza en amarillo y turquesa de la misma firma o el pouf trenzado en crudo de Gan Rugs.
Recuperación de elementos originales.
La reforma de la vivienda también ha permitido recuperar elementos originales de la edificación: en el techo, las vigas de madera y el revoltón cerámico; en las paredes de carga, el ladrillo macizo y los forjados también de vigas de con revoltón cerámico; las carpinterías de madera exteriores y la altura de tres metros.
Fotografías: Sandra Rojo
Para más información visiten: FM2, Doméstico Shop
Vía: diarioDESIGN
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