Convertir lo ordinario en único, a través de la cultura y el diseño, es el objetivo del hotel Hygge. Un espacio donde su autor, el interiorista belga Michel Penneman, ha dado rienda libre a su admiración por el diseño escandinavo, el mismo en el que se inspiró hace años para diseñar la Casa Tenbosch.
Un movimiento que, caracterizado por la simplicidad, el minimalismo y la funcionalidad, surgió en la década de 1950 en los cinco países nórdicos: Finlandia, Noruega, Suecia, Islandia y Dinamarca.
Para el Hygge Hotel, el diseñador ha creado un espacio de relajación, comodidad y bienestar. Un interior dominado por materiales auténticos, como la madera, la lana y la cerámica, colores suaves, muebles y accesorios sencillos, y creaciones de diseñadores escandinavos.
Hygge o el disfrute de las pequeñas cosas
Y es que el nombre elegido para el hotel no es casual. Sustantivo, verbo o adjetivo, Hygge es difícil de clasificar y definir. Aunque traducido por algunos como ‘acogedor’ en danés, en realidad es mucho más. Abarca una sensación de alegría y bienestar a través del disfrute de las cosas simples de la vida.
El nuevo hotel ocupa un antiguo edificio de oficinas de la década de 1980 y una mansión urbana. A ellos, y para ganar espacio, se le añadieron dos nuevas estructuras. Un espacio ecléctico, con distribuciones y estilos originales muy distintos, en el que Penneman ha logrado construir un todo coherente y homogéneo.
La acústica e iluminación de los espacios
Como ya hiciera en el Pantone Hotel, que, como el Hygge Hotel, pertenece al grupo Everland, Penneman ha vuelto a crear un espacio único y personalizado. Un interiorismo estudiado hasta el más mínimo detalle, que apuesta por el confort y la comodidad del usuario. Un hotel cuya imagen quedará para siempre grabada en la retina de sus visitantes.
Hygge o el disfrute de las pequeñas cosas
Y es que el nombre elegido para el hotel no es casual. Sustantivo, verbo o adjetivo, Hygge es difícil de clasificar y definir. Aunque traducido por algunos como ‘acogedor’ en danés, en realidad es mucho más. Abarca una sensación de alegría y bienestar a través del disfrute de las cosas simples de la vida.
El nuevo hotel ocupa un antiguo edificio de oficinas de la década de 1980 y una mansión urbana. A ellos, y para ganar espacio, se le añadieron dos nuevas estructuras. Un espacio ecléctico, con distribuciones y estilos originales muy distintos, en el que Penneman ha logrado construir un todo coherente y homogéneo.
El hotel reúne obras de conocidos diseñadores escandinavos, como Georg Jensen, Marimekko, Gubi, Verpan o Louis Poulsen. Junto a ellas, se exponen también piezas de otros menos conocidos, como Hakola, Karup, Pythagoras o Skagerak.
La acústica e iluminación de los espacios
En las habitaciones, la simplicidad, la calidad de los materiales y la suave iluminación elegida crean un ambiente único. Una atmósfera cálida y acogedora, que hace que los huéspedes olviden que están en un hotel y se sientan como en casa. Y es que para el diseñador, la acústica y la iluminación son fundamentales a la hora de construir cualquier espacio.
Para más información visiten: Michel Penneman, Hygge Hotel
Vía: diarioDESIGN
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