Recuperar una vivienda inacabada desde hace más de tres décadas no es precisamente el encargo soñado por un estudio de arquitectura. Pero asumir el reto puede concluir en un proyecto singular.
La vivienda, de 167 metros cuadrados, se encuentra en San Vicente del Raspeig, una localidad vecina a Alicante y donde se ubica la mayor parte de las instalaciones de la Universidad de Alicante.
El proyecto, ejecutado por Diego López Fuster Arquitectura, aborda el reto como si se tratara de un solar en altura para sacar el mayor partido posible de las condiciones de partida.
Un gran espacio principal, fruto de la eliminación de las paredes interiores, conforma una de las dos mitades longitudinales de la vivienda, abarcando el mayor volumen continuo posible y conectando la fachada delantera con el patio intermedio y con el patio interior de parcela.
De esta forma, se genera una luminosa zona de día que relaciona estas tres fuentes de luz natural, articulada por un gran mueble de 19 metros de longitud que comprende todo el muro medianero y que modula todos los espacios comunes que lo recorren. Así, las áreas de estudio, comedor, cocina y salón, se ajustan a lo largo de este mueble modular hasta llegar a conectar ambas fachadas.
Los módulos van pintados en colores brillantes inspirados en unas bandejas de la firma danesa Hay que los propietarios habían recibido como regalo de bodas.
De forma complementaria, el resto de espacios privados se colocan en la mitad opuesta. Se sitúan las zonas húmedas en torno al patio intermedio y los dos dormitorios recayendo a cada una de las fachadas, dotando así a todas las estancias de ventilación e iluminación natural.
Cada espacio individual está equipado con un sistema de almacenamiento modular que crea una sensación de continuidad entre cada sección de la sala de común. Estos amplios espacios de almacenamiento ayudan a mantener las distintas zonas lo más despejadas posible.
Una división acristalada plegable ofrece la opción de separar el estudio del cuerpo principal de la sala de estar. Esto proporciona la posibilidad de un estudio silencioso y permite que el área se duplique como una habitación de invitados.
El dormitorio y el vestidor están situados en la sección longitudinal adyacente del apartamento y juntos forman los cuartos privados nocturnos.
Para más información visiten: Diego López Fuster
Vía: Decoramus
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