CASA C15:
Las necesidades de este proyecto pasaban por adaptar la estética de un piso con la mínima intervención y un presupuesto lo más ajustado posible, todo con el fin de ponerlo a la venta. Con estas premisas, se puso en marcha el ingenio y un proyecto de interiorismo que dignificara el interior de la vivienda mediante un mobiliario que combina piezas a medida con otras comerciales y alguna del propietario.
Explica el arquitecto Carlos Segarra que “con esta premisa, tratamos de que la intervención a nivel de redistribución fuera mínima y que la importancia recayera en los acabados, la elección del mobiliario y la gran cantidad de luz natural que entra en la vivienda”. De esta manera, únicamente se derribó el tabique que hacía de recibidor y se ensanchó la entrada de la cocina, consiguiendo una distribución que funciona y que cumple con las necesidades impuestas por los propietarios.
La decisión de incluir mobiliario a medida responde a la forma de trabajar del estudio valenciano, que lo incluyen siempre que pueden en sus proyectos. Para este piso, en concreto, se diseñó la mesa de centro, el conjunto del salón comedor de banco suspendido y mesa, y el mueble multifuncional aparador/biblioteca/armario, donde se ocultan un pilar, la cocina y las mesas de las habitaciones. Además, se decidió complementar los espacios con el sofá Friheten, la mesita Gladom y los taburetes Frosta de IKEA.
El diseño de los muebles a medida sigue los planteamientos habituales del despacho, donde se apuesta por “el diseño de las piezas desde la sencillez, las líneas rectas que nos permiten un montaje sencillo que, sumado a una elección de materiales discretos, no suba demasiado el precio, pero siempre intentando contar lo máximo con muy poco”.
En cuanto a la iluminación, se combinaron las luces indirectas y las líneas de LED, mientras que la lámpara suspendida sobre la mesa del comedor era una que los propietarios ya tenían y que los autores del proyecto pensaron que podía encajar bien en ese punto. “Nos gusta la idea de poder reaprovechar cosas y el concepto de dar una segunda vida a los objetos”, apunta Carlos Segarra.
“Al mismo tiempo, continúa explicando, debíamos cambiar radicalmente la sensación que transmitía la casa. Por ello, unificamos en blanco los paramentos para destacar la sobriedad del mobiliario escogido para la ocasión, materiales nobles en sintonía con toques en color negro que nos ayudan a compensar el peso del espacio, siempre con la intención de transmitir el concepto de amplitud y claridad espacial lo máximo posible”.
Finalmente, se compensó el peso de las estancias con cuadros monocromáticos, que el arquitecto pinta los fines de semana, tratando de crear un trío entre el blanco, la madera y los toques de negro que casan muy bien con el mobiliario escogido.
Para más información visiten: Carlos Segarra Arquitectos
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