El primer paso para adentrarse en la domótica doméstica pasa por la iluminación inteligente: fácil de instalar en cualquier hogar y con beneficios que van desde el ahorro en la factura hasta contribuir a la eficiencia energética.
La domótica doméstica no es cosa del futuro. La tecnología que permite la creación de controles automatizados para los hogares es ya una realidad propia de nuestro tiempo, aunque aún le queda mucho camino por recorrer hasta ocupar un alto porcentaje de viviendas españolas.
Una de las formas más sencillas para comenzar a domotizar una casa es con la iluminación inteligente, que ofrece diversas soluciones para regular la luz en cada estancia según el momento, fijar unos horarios preestablecidos o apagarla a distancia para ahorrar en la factura.
Existen diversas marcas que comercializan kits de iluminación inteligente que pueden colocarse fácilmente en cualquier estancia de la casa sin necesidad de tocar la instalación eléctrica. Estos paquetes constan, básicamente, de varias bombillas y unos mandos o dispositivos de control sincronizados con los que se puede regular la intensidad, elegir el color, etc.
Este es el primer paso. A partir de aquí, se puede ir incrementando el grado de inteligencia de nuestro hogar incorporando más bombillas o accesorios. También se puede optar por manejar los controles a distancia a través de aplicaciones que permiten gestionar estos sistemas con el móvil o la Tablet.
Domótica doméstica a través del Smartphone
La implantación de los hogares inteligentes ha traído consigo nuevas funciones para los usos comunes que se suelen dar a las cosas, y el mejor ejemplo de ello es la iluminación, cuya función ha pasado de ser la de dar luz para convertirse en algo que va más allá.
Para ello, se puede hacer uso de la conectividad Bluetooth o de las apps que permiten usar el Smartphone o la Tablet como un mando a distancia con el que programar la luz según nuestros gustos o necesidades. Así, podemos encontrar diversas funciones, como:
Cambiar el color de la iluminación de una bombilla para avisarnos de que estamos recibiendo una llamada o un e-mail.
Programar un color o una intensidad para adecuar el tono de la luz a cada momento: una reunión con amigos, un baño de relax, una cena romántica…
Activar la función de encendido automático cuando empiece a anochecer o como medida disuasoria para ladrones cuando no haya nadie en casa, o de apagado cuando vayamos a salir a la calle.
Regular la intensidad de la luz según nuestras rutinas diarias: incrementar poco a poco el brillo a la hora de despertarnos, y atenuarlo antes de irnos a dormir.
Además del Smartphone o la Tablet, existen otros mecanismos encaminados a personalizar aún más nuestro ‘smart home’, como una llave electrónica que activa diferentes funciones según la persona que entre en la casa.
Sensores de luz
Con el desarrollo de la domótica, los sistemas de control de la iluminación van mucho más allá del clásico interruptor. En la actualidad, existen diversos aparatos y dispositivos que se interconectan entre sí con el fin de actuar sobre la iluminación desde un único interfaz, como los sensores de presencia y los sensores crepusculares.
Los sensores de presencia pueden ser infrarrojos (detectan el movimiento de los cuerpos que emiten calor) o de radar (basados en el efecto Doppler: actúan cuando hay un cambio de frecuencia de una onda causado por el movimiento). Ambos, al detectar movimiento activan la luz, aunque tiene un problema: si está leyendo tranquilamente en el sofá puede que tengas que mover los brazos en más de una ocasión para no quedarse a oscuras. Por eso, este tipo de mecanismos suele usarse más en lugares públicos o, si es dentro del hogar, en zonas de paso.
Los sensores crepusculares son los que ajustan la intensidad de la luz según la cantidad de iluminación solar, lo que lo convierte en el recurso perfecto para el exterior de la vivienda.
Ventajas de la iluminación domótica doméstica
Además del ahorro energético y económico, la iluminación inteligente es también un apoyo en asuntos como la seguridad doméstica, el confort o la rutina diaria.
Ahorro de energía y tiempo: Ya sea porque detectan nuestra presencia, por el tiempo programado o por cualquier otro motivo, la iluminación inteligente permite apagar las luces de forma automática cuando no son necesarias, lo que supone un ahorro en la factura y una medida que contribuye a la eficiencia energética. Pero también ahorra tiempo, y es que con este sistema hay ciertas rutinas que ya no son necesarias, como revisar la casa antes de salir para asegurarnos de que todas las luces están apagadas.
Bienestar y comodidad: Con un solo clic seremos capaces de programar todo un abanico de posibilidades lumínicas encaminadas a facilitarnos o hacernos más confortable la estancia en el hogar, como crear ambientes adaptados a cada situación.
Prevención contra robos: Existen diferentes tipos de sistemas que nos ayudan a reforzar la seguridad de nuestro hogar, desde luces que parpadean cuando detectan una intrusión, hasta luces programadas para que se enciendan cuando no estemos en casa y simular que ésta está habitada.
Aviso de notificaciones: Se puede adaptar la iluminación del hogar para que ésta desempeñe funciones como la de despertador, notificador, timbre… No hay más que programar la luz del dormitorio para que se encienda progresivamente y así despertemos de una forma más natural y sin sobresaltos, o activar la función timbre para que se encienda una luz cuando alguien llame a nuestra puerta, entre otras muchas prestaciones.
La domótica doméstica ya no es algo al alcance de unos pocos. Con unos sencillos accesorios podemos programar todo un universo de posibilidades lumínicas que no solo suponen un ahorro energético, sino que sus consecuencias las veremos reflejadas en la factura de la luz muy positivamente.
La domótica doméstica no es cosa del futuro. La tecnología que permite la creación de controles automatizados para los hogares es ya una realidad propia de nuestro tiempo, aunque aún le queda mucho camino por recorrer hasta ocupar un alto porcentaje de viviendas españolas.
Una de las formas más sencillas para comenzar a domotizar una casa es con la iluminación inteligente, que ofrece diversas soluciones para regular la luz en cada estancia según el momento, fijar unos horarios preestablecidos o apagarla a distancia para ahorrar en la factura.
Existen diversas marcas que comercializan kits de iluminación inteligente que pueden colocarse fácilmente en cualquier estancia de la casa sin necesidad de tocar la instalación eléctrica. Estos paquetes constan, básicamente, de varias bombillas y unos mandos o dispositivos de control sincronizados con los que se puede regular la intensidad, elegir el color, etc.
Este es el primer paso. A partir de aquí, se puede ir incrementando el grado de inteligencia de nuestro hogar incorporando más bombillas o accesorios. También se puede optar por manejar los controles a distancia a través de aplicaciones que permiten gestionar estos sistemas con el móvil o la Tablet.
Domótica doméstica a través del Smartphone
La implantación de los hogares inteligentes ha traído consigo nuevas funciones para los usos comunes que se suelen dar a las cosas, y el mejor ejemplo de ello es la iluminación, cuya función ha pasado de ser la de dar luz para convertirse en algo que va más allá.
Para ello, se puede hacer uso de la conectividad Bluetooth o de las apps que permiten usar el Smartphone o la Tablet como un mando a distancia con el que programar la luz según nuestros gustos o necesidades. Así, podemos encontrar diversas funciones, como:
Cambiar el color de la iluminación de una bombilla para avisarnos de que estamos recibiendo una llamada o un e-mail.
Programar un color o una intensidad para adecuar el tono de la luz a cada momento: una reunión con amigos, un baño de relax, una cena romántica…
Activar la función de encendido automático cuando empiece a anochecer o como medida disuasoria para ladrones cuando no haya nadie en casa, o de apagado cuando vayamos a salir a la calle.
Regular la intensidad de la luz según nuestras rutinas diarias: incrementar poco a poco el brillo a la hora de despertarnos, y atenuarlo antes de irnos a dormir.
Además del Smartphone o la Tablet, existen otros mecanismos encaminados a personalizar aún más nuestro ‘smart home’, como una llave electrónica que activa diferentes funciones según la persona que entre en la casa.
Sensores de luz
Con el desarrollo de la domótica, los sistemas de control de la iluminación van mucho más allá del clásico interruptor. En la actualidad, existen diversos aparatos y dispositivos que se interconectan entre sí con el fin de actuar sobre la iluminación desde un único interfaz, como los sensores de presencia y los sensores crepusculares.
Los sensores de presencia pueden ser infrarrojos (detectan el movimiento de los cuerpos que emiten calor) o de radar (basados en el efecto Doppler: actúan cuando hay un cambio de frecuencia de una onda causado por el movimiento). Ambos, al detectar movimiento activan la luz, aunque tiene un problema: si está leyendo tranquilamente en el sofá puede que tengas que mover los brazos en más de una ocasión para no quedarse a oscuras. Por eso, este tipo de mecanismos suele usarse más en lugares públicos o, si es dentro del hogar, en zonas de paso.
Los sensores crepusculares son los que ajustan la intensidad de la luz según la cantidad de iluminación solar, lo que lo convierte en el recurso perfecto para el exterior de la vivienda.
Ventajas de la iluminación domótica doméstica
Además del ahorro energético y económico, la iluminación inteligente es también un apoyo en asuntos como la seguridad doméstica, el confort o la rutina diaria.
Ahorro de energía y tiempo: Ya sea porque detectan nuestra presencia, por el tiempo programado o por cualquier otro motivo, la iluminación inteligente permite apagar las luces de forma automática cuando no son necesarias, lo que supone un ahorro en la factura y una medida que contribuye a la eficiencia energética. Pero también ahorra tiempo, y es que con este sistema hay ciertas rutinas que ya no son necesarias, como revisar la casa antes de salir para asegurarnos de que todas las luces están apagadas.
Bienestar y comodidad: Con un solo clic seremos capaces de programar todo un abanico de posibilidades lumínicas encaminadas a facilitarnos o hacernos más confortable la estancia en el hogar, como crear ambientes adaptados a cada situación.
Prevención contra robos: Existen diferentes tipos de sistemas que nos ayudan a reforzar la seguridad de nuestro hogar, desde luces que parpadean cuando detectan una intrusión, hasta luces programadas para que se enciendan cuando no estemos en casa y simular que ésta está habitada.
Aviso de notificaciones: Se puede adaptar la iluminación del hogar para que ésta desempeñe funciones como la de despertador, notificador, timbre… No hay más que programar la luz del dormitorio para que se encienda progresivamente y así despertemos de una forma más natural y sin sobresaltos, o activar la función timbre para que se encienda una luz cuando alguien llame a nuestra puerta, entre otras muchas prestaciones.
La domótica doméstica ya no es algo al alcance de unos pocos. Con unos sencillos accesorios podemos programar todo un universo de posibilidades lumínicas que no solo suponen un ahorro energético, sino que sus consecuencias las veremos reflejadas en la factura de la luz muy positivamente.
Vía: Hogar Mapfre
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