Ubicado en una esquina, el proyecto de esta panadería busca romper con los patrones de ocupación de la tierra de la región, a través de un gran retroceso propuesto en la parte más grande del edificio, donde se organizan el estacionamiento y la sala de estar proyectados desde la exposición y área de ventas de la panadería. Además de aumentar la visibilidad de la fachada, esta solución destaca la construcción de las viviendas.
En términos formales, se buscó una volumetría simple y pura, que se aborda en sus cuatro fachadas. Estos aspectos se desarrollan a partir de una relación de dualidad entre los dos principales sectores programáticos: producción y exhibición. Esta relación se refleja tanto en las propiedades sensoriales de los materiales como en las características geométricas del edificio: mientras que el volumen de producción es más introspectivo, conformado en una masa opaca, con dimensiones verticales y cierre en superficie rugosa -fulgente- y cromáticamente frío. El otro volumen de la exposición, es un bloque de planta baja, con caras lisas, conformado en una caja transparente, con interior iluminado y color más cálido -madera- que se proyecta hacia afuera a través de un gran balcón urbano.
Con un extenso programa, el área de producción se organiza en tres pisos según los diferentes procesos que implican su uso diario. En el segundo piso, se encuentra el sector de servicio y almacenamiento, con vestidores y dosel para empleados, almacenes para materiales de limpieza y para el almacenamiento de insumos. Justo debajo, en el primer piso, se asignó el área "caliente", es decir, el equipo de la producción de dulces y salados, además de las cámaras refrigeradas. La planta baja está destinada a los procedimientos de acabado, con un pequeño depósito y oficina, esta al lado del sector de exposiciones.
Además, el control de la insolación, así como el uso de la luz natural, son aspectos muy presentes en el edificio. Un domo en la proyección de la escalera funciona como foco cenital, mientras que un paño de vidrio de cierre en el área de producción proporciona iluminación natural a los pisos superiores. En el lado del edificio, orientado al noroeste, una gran brisa de madera protege las aberturas de la luz directa del sol en la noche.
La pequeña área de exposición presenta un tratamiento muy detallado, donde los dulces están dispuestos en vitrinas suspendidas. La espacialidad de la tienda está delimitada por una piel de madera que rodea todas sus superficies: paredes, suelo y techo. Las características táctiles del material también se exploran mediante la comunicación visual, que está tallada en la madera misma.
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