martes, 6 de febrero de 2018

Pelayo Gastro Trinquet. La pilota valenciana se suma al diseño.

Benvinguts a la Catedral de la Pilota. Estamos en el trinquet de Pelayo, uno de los centros deportivos más antiguos de Europa y un referente del tradicional juego valenciano. Este año alcanzará su 150º aniversario, y, como regalo, han renovado su imagen y le han añadido un restaurante de nombre moderno: Pelayo Gastro Trinquet.
Situado en el centro de la ciudad de Valencia, el restaurante es un homenaje a la cultura popular valenciana con especial énfasis en la figura del trinquet, la cancha donde se desarrolla una de las variantes del juego. De hecho, viendo el resultado, uno podría preguntarse si se trata de un restaurante en un trinquet, o un trinquet convertido en restaurante.
El interiorista Carlos Serra, del estudio Mercader de Indias, ha calcado la estructura y los detalles del recinto: una planta rectangular con las marcas numéricas en una de las murallas, un altísimo techo con vigas antiguas de madera, lámparas y espejos en forma de óvalo, y, por supuesto, la escala, donde se sienta el público.
En el Gastro Pelayo, los cuatro escalones se reducen a uno. Pero también sirve para sentarse ya que es la parte donde han colocado las mesas. Mientras que la zona de la barra y el acceso al trinquet se sitúan en el campo de juego.
Los colores elegidos representan los del juego: blanco, rojo y azul. Y lo mismo ocurre con los materiales: muros de ladrillo macizo y madera.
La decoración es más evidente aún con la caseta de venta de entradas para los días de partida. Y la escultura suspendida en el aire del artista fallero Manolo García, que a través de varillas de madera ha creado una enorme mano lanzando una pilota de vaqueta, la más apreciada.
Homenaje popular

La expresión de la mano sigue el lenguaje estético de las Fallas, ya que el proyecto también rinde homenaje a la tierra que ha hecho de este juego su deporte nacional y ha logrado preservarlo incluso en los periodos en los que fue perseguido.

De este modo, también se hace un guiño a La Albufera en los estampados de garzas y motivos vegetales de los taburetes.
Y, por supuesto, los platos que prepara el chef Pablo Margós, son los propios de la cocina autóctona.
En conjunto proyecta una imagen renovada, ya no sólo de un trinquet con un siglo y medio de vida, sino también de un juego que sigue ‘enganchando’. Va de bo!
Fotografías: Mercader de Indias

Para más información visiten: Mercader de Indias
Vía: diarioDESIGN


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