APARTAMENTO VILLARROEL:
Antes de la reforma, esta vivienda, ubicada en el barrio barcelonés de l’Eixample, carecía de atractivo y de una distribución racional. Dos problemas que fueron resueltos en el proyecto de reforma integral realizado por el estudio Raúl Sánchez Architects. Con estructura de muros de carga y una estructura de crujías bien definida, el piso fue dividido en tres bloques en busca de unos interiores más prácticos y funcionales. El primero alberga la entrada, el dormitorio de invitados y el baño de cortesía, desde el que se accede a la galería-lavadero; el segundo, incluye el dormitorio principal y el baño-vestidor; y, por último, el tercero es una estancia diáfana compartida por la cocina, el comedor y la sala de estar, que sirve de transición entre los dos primeros.
Detalla el arquitecto que, a su vez, cada una de estas zonas la forman un espacio de servicio y uno de estar, definidos por los materiales que se han utilizado en ellos. Los espacios de servicio se recubren de materiales grises, ya sean estucos o pinturas en paredes y techos, gres en suelos y granito o microcemento en superficies impermeables. Mientras que los espacios de estar se revisten de blanco en su totalidad y suelos de parquet. En el caso del dormitorio principal, éste se separa del baño mediante dos correderas de hierro y vidrio texturizado, lacadas en gris, que no llegan a tocar el techo. Por otra parte, el dormitorio y baño de invitados tiene cada uno su acceso independiente pero están conectados entre sí para facilitar su uso como suite.
Un eje longitudinal une la entrada a la vivienda con la salida al balcón. Al inicio, este eje está delimitado por el vestíbulo, concebido como un gran mueble con puertas enrasadas, que se abre al entrar en el salón. “Sin embargo, la puerta del vestíbulo es gemela con la puerta de salida al balcón y el ancho del pasillo está repetido con el giro del banco de madera lacado en negro en el balcón. De esta manera, queda indicado el eje de circulación, pero sin necesidad de materializar un pasillo”, explica el arquitecto. “Incluso el revestimiento cerámico del balcón cambia de dirección siguiendo este pasillo desdibujado”.
La relación entre el salón y el balcón se realiza a través de dos grandes correderas lacadas en negro (color usado para introducir un nuevo tipo de espacio, el balcón), dispuestas sobre un banco que se extiende de igual manera hacia el interior y el exterior, para que, una vez abiertas las ventanas, relacione estrechamente salón y balcón, o, en su disposición cerrada, sirva como banco, mesa, estantería… en ambos lados. Vidrios con distintos tipos de transparencia y textura juegan a desenfocar un exterior de patio de manzana no demasiado atractivo.
En resumen, la propuesta plantea, desde una organización convencional prefijada por el cliente, “añadir capas de complejidad a la experiencia interior de la vivienda, aportando ambigüedad a las etiquetas clásicas de cada habitación así como a la manera de relacionarse entre sí, para que todo ello se traduzca finalmente en una mayor riqueza espacial.”
Para más información visiten: Raúl Sánchez Architects
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