lunes, 6 de noviembre de 2017

Vivir en claroscuro: Una casa con luz y profundidad

Pongámonos serios. Cuando se trata de dar forma a nuestro hogar, no vale seguir tendencias, ni modas, ni dejarse asesorar. Su casa le define, y si es una persona sensata, templada, solemne y con buen gusto, el otoño es su momento. Las tardes de luz tenue y el olor a mojado en las calles invitan a elegir un rincón en casa, envolverse de armonía, y descansar. El estudio de arquietectura londinense Emil Eve conoce las virtudes de un interior con el que sentirse identificado, y da vida a esta casa llena de contrastes, solemne pero positiva, rompedora pero atemporal.
Fotografías de Mariell Lind Hansen
Hacia fuera, al natural

El proyecto interviene en una vivienda histórica en Burton, Somerset, para reformar su interior y construir una ampliación hacia el jardín. La nueva pieza ofrece un generoso espacio de estancia, que acomoda salón, comedor y cocina, y se abre hacia el patio trasero mediante amplios ventanales. La zona ampliada queda cubierta con un cerramiento de tablillas de pino, que lo acerca a la naturalidad del exterior y lo integra en el jardín. El interior queda bañado de luz natural, y enmarca las vistas del patio, haciéndolo partícipe de la escena doméstica. El salón, un espacio despejado pero completo, combina piezas de mobiliario clásicas con nuevas creaciones, y se apoya en la profundidad del color para crear ambiente.
Color profundo
El esquema diáfano de la estancia permite la convivencia de diferentes usos. El suelo de hormigón muestra sin reparo su materialidad e imperfecciones, y nos recuerda el carácter humilde y artesanal con el que se enfoca el proyecto. Las piezas de mobiliario son un catálogo de aciertos, que nos hablan a la vez de historia y contemporaneidad. Sin duda la cualidad más notable del interior es el color de la envolvente. De un intenso verde azulado, lejos de sofocar el espacio, crea una fuerte sensación de profundidad, haciendo que el ojo se pierda buscando los límites de la estancia.
Doméstico y cercano
La cocina preside el espacio con una amplia mesa de centro, que se desdobla hacia ambos lados de la estancia. Con una pulida superficie de madera contrachapada, y una estantería integrada hacia la zona de estar, el mueble central navega entre dos mundos, acercando la cocina hacia una expresión más desenfadada y un ambiente más relajado. El color se expresa también de manera rotunda en el resto de mobiliario de cocina, salpicado a veces con elementos decorativos y plantas de interior que ofrecen ocasionales puntos de luz en el claroscuro de la composición.
El proyecto pretende en todo momento involucrar el espacio exterior en la escena del hogar. Esto se consigue por medio de amplios ventanales, pero también, con la integración de materiales, que difuminan la línea entre dentro y fuera. Así, las carpinterías de madera nos hablan del entorno natural, y el suelo de barro del patio continúa su patrón en espiga hacia el interior. Este juego de materiales y acabados enriquece cada estancia y nos habla de una arquitectura honesta y sencilla.
Tejidos y sombras
En el dormitorio, descansan los sentidos. La estancia nos envuelve en tejidos con cuerpo, en colores profundos. Las paredes se pintan de un color tostado en esencia neutro, que invita a reparar en el juego de madera y metales del despliegue de mobiliario. La luz entra en la estancia como en un cuadro costumbrista, evocadora y suave.
Claro como el agua

El baño es la estancia más clara de la casa. Con una envolvente blanca, encendida de luz naural, la estancia presume de nitidez y pureza. Una magnífica bañera de fundición nos da la bienvenida frente a la ventana, en una cascada de blancos desde las carpinterías a la superficie esmaltada. La zona del lavabo es un alarde de creatividad, con un zócalo alicatado de pequeñas piezas cerámicas en un colorido mosaico. La robusta pieza de mármol verde es la estrella de la estancia.

Para más información visiten: Emil Eve Architects
Vía: habitissimo





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