El Hotel Sant Francesc se ubica en una elegante casa señorial de 1860, en pleno casco antiguo de la ciudad de Palma de Mallorca. El edificio pertenecía a una acomodada familia que, en el s. XIX, quiso reflejar todo su esplendor económico en esta bella mansión. Como resultado tenemos hoy un edificio emblemático, una verdadera joya arquitectónica neoclásica en el centro de la capital balear.
La restauración del edificio se ha llevado a cabo respetando las leyes que protegen los edificios de esta singularidad. E incorporando todas las comodidades que el viajero espera encontrar en un hotel de lujo.
Así, se han respetado los elementos arquitectónicos de los espacios originales; vigas, arcos, suelos de piedra, artesonados de madera, frescos, pinturas murales… De este modo, encontramos un gran nivel de acabado en todo el edificio.
Dentro del hotel encontramos la combinación perfecta de piezas de coleccionistas con muebles de estilo contemporáneo. En la construcción encontramos los mejores suelos de madera traídos desde Francia y el uso de la piedra Marés, muy típica de la isla.
La utilización de colores sobrios y neutros tanto en la fachada como en el interior de cada habitación otorga al hotel una atmósfera singular, lujosa, confortable y acogedora.
Máximo confort
Las habitaciones del hotel son elegantes y sobrias, sin detalles innecesarios. En ellas, el cliente consigue desconectar y obtener un descanso reparador en un entorno de máximo confort. Para garantizar este nivel de descanso, el hotel cuenta con la mejor tecnología en sus colchones: muelles ensacados.
Con este tipo de núcleo se consigue un magnifico equilibrio entre estabilidad y adaptabilidad. Con este sistema, los muelles -que se envasan de manera individual- cuentan con distintas zonas de confort, para adaptarse a cada parte del cuerpo proporcionando un descanso más saludable.
Su Lobby Bar es otro excelente punto de encuentro, famoso en la isla por sus deliciosas tapas, carta de vinos, cavas, y cócteles… Y el viajero no puede abandonar el hotel sin visitar su Rooftop Bar. Es una amplia terraza, con 200m2 de superficie, que ofrece una panorámica de toda la ciudad. Está equipada con piscina, solarium y un bar en el que poder picotear todo el día.
El hotel ofrece un exclusivo servicio de wellbeing, con tratamientos y masajes pensados para contrarrestar los efectos del estilo de vida urbano. Y también cuenta con un gimnasio 24 horas: para desconectar y continuar el entrenamiento diario. Además, Sant Francesc proporciona a su huéspedes, de forma gratuita, toallas, auriculares y agua en el gimnasio.
Antiguas caballerizas
Su restaurante Quadrat, situado en las antiguas caballerizas de esta casa-palacio, ofrece un ambiente relajado y elegante. Su carta es obra del chef Alfonso Lillo, y está diseñada para deleitar el paladar con una cocina basada en productos locales y mediterráneos.
Honesta y creativa, mezcla de forma original recetas clásicas con nuevas técnicas y, puntualmente, sabores de otras culturas. La materia prima, de primer nivel, ayuda a que el sabor predomine por encima de todo.
‘Roofterrace’ panorámica
Su Lobby Bar es otro excelente punto de encuentro, famoso en la isla por sus deliciosas tapas, carta de vinos, cavas, y cócteles… Y el viajero no puede abandonar el hotel sin visitar su Rooftop Bar. Es una amplia terraza, con 200m2 de superficie, que ofrece una panorámica de toda la ciudad. Está equipada con piscina, solarium y un bar en el que poder picotear todo el día.
El hotel ofrece un exclusivo servicio de wellbeing, con tratamientos y masajes pensados para contrarrestar los efectos del estilo de vida urbano. Y también cuenta con un gimnasio 24 horas: para desconectar y continuar el entrenamiento diario. Además, Sant Francesc proporciona a su huéspedes, de forma gratuita, toallas, auriculares y agua en el gimnasio.
Para más información visiten: Hotel Sant Francesc
Vía: diarioDESIGN
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