Alejándose de la fría estética que acostumbra a definir los espacios clínicos, Ábaton Arquitectura concibió la reforma de esta clínica dental como un ejercicio de interiorismo cálido y funcional, más cercano a un espacio residencial que a la clásica consulta de un dentista, tal como deseaban sus clientes.
El local, que ocupa la planta baja y el sótano de un singular edificio del siglo XIX del centro de Madrid, ha sido reformado siguiendo una estética nórdica en la que prima la madera natural y el color blanco. Este material y este color se complementan con naturalidad con el gris antracita de las piezas de mobiliario realizadas a medida en acero, los paneles de cemento-madera, la piedra caliza apomazada de la escalera y el sótano, y otras piezas del ecléctico mobiliario de cuya elección se ha encargado la tienda Batavia, colaboradora habitual del estudio de arquitectura madrileño.
Conscientes del destacado papel que juega la luz natural como generadora de bienestar, el proyecto también ha estado encaminado a aprovechar al máximo la que entraba por las diferentes ventanas con la incorporación, cuando es posible, de paramentos de cristal transparente en lugar de tabiques ciegos y, cuando no lo es, con la incorporación de huecos acristalados en la parte superior de las puertas y de las paredes, asegurando de esta manera la privacidad de los pacientes durante sus visitas y tratamientos.
Para el cliente eran también muy importantes los espacios destinados a la investigación clínica y la formación, donde se combinan la tradicional relación médico-paciente con las últimas técnicas y tecnología más reciente. Por otra parte y para sacar el máximo partido al espacio del que se disponía, la mayor parte de las instalaciones y las estancias destinadas a uso interno se han colocado en la entreplanta. El resultado es un espacio en el que se respira el mimo por el detalle y la cuidada atención al paciente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario