lunes, 19 de diciembre de 2016

La clásica lámpara PH5 y su creador.

El arquitecto y diseñador danés Poul Henningsen (1894-1967) es conocido por su trabajo en iluminación, un legado insuperable que sigue estando vigente. Obsesionado por la luz, dedicó su carrera a estudiar su impacto en la creación de ambientes, a observar cómo ésta podía ser el artífice del bienestar de los humanos. Su teoría se fundamentaba en la idea de que la fuente de luz nunca debía mirar directamente al usuario. Por tanto, diseñó una serie de láminas que ocultaban la bombilla eléctrica para crear una luz difusa. Poul Henningsen tuvo también habilidades literarias: fue fundador en los años 20 de una revista de gran influencia, Kritisk Revy, donde se criticaba el conservadurismo en todas sus facetas: desde la arquitectura hasta la política.

En 1924, Poul Henningsen inició la colaboración con la firma de iluminación Louis Poulsen que le llevaría a crear ésta y otras lámparas. Para la exposición internacional de las artes decorativas y modernas de París, realizaron una innovadora lámpara que ganó la medalla de oro. Consistía en envolver la bombilla con varias capas de elementos que impedían que la luz diera directamente en los ojos. Esta, de hecho, fue la base para los proyectos que siguió desarrollando para la misma firma hasta su muerte en 1967.
La creencia de que las sombras son tan importantes como la luz fue una idea central en el trabajo de Henningsen, que valoraba la luz no solo en su aspecto práctico sino también en el emocional. Como inventor autodidacta no cejó hasta dar con el modo de conseguir una luz eléctrica indirecta que tuviera las cualidades suaves de las lámparas de petróleo con las que él había crecido. La carrera por introducir luz eléctrica, cada vez más intensa, le disgustaba.
Una de las lámparas más populares de Poul Henningsen es la de suspensión PH5, que vemos en estas imágenes, diseñada en 1958 y considerada hoy un clásico del diseño danés. Su forma corresponde a un uso muy ingenioso de tres pantallas (discos simétricos y curvados) y un cono, todos de aluminio y montados sobre tres patas. La superficie está pintada en mate.
En el caso de la PH5, el número 5 se refiere a los 50 cm de diámetro que tiene la lámpara. Sin embargo, hoy esta pieza se encuentra disponible en diferentes tamaños y múltiples colores y versiones, como este otro modelo más pequeño que vemos aquí: la PH 3½-3.
El diseño de la lámpara PH5 está basado en un minucioso análisis científico de cada una de sus partes y su función correspondiente. Tanto el tamaño, como la forma y la posición de las pantallas curvadas determinan la distribución de la luz y el grado de resplandor. La bombilla queda oculta y la luz se dirige hacia abajo al tiempo que crea una suave atmósfera general en el ambiente, evitando los bruscos contrastes entre zonas iluminadas y oscuras.
En el interior de la lámpara va integrado un pequeño cono rojo que, junto a uno de los discos coloreados en su interior, contribuye a un tono más cálido de la luz. La PH5 se puede adquirir, además de en blanco, en cuatro combinaciones de color diferentes: blanco/rosa pálido, gris oscuro/turquesa, verde caqui/gris oscuro y rosa/verde. En 2008, para el 50 aniversario de la lámpara, se añadieron a la colección varios colores en acabado brillante.

Para más información visiten: Louis Poulsen
Vía: diarioDESIGN

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