Tres en uno, fusionar tres apartamentos en uno, ha sido el trabajo realizado por el estudio de arquitectura Form para una familia en crecimiento. Situado en el centro histórico de Moscú, el objetivo era conseguir una vivienda acogedora y sosegada.
Para conseguir esa atmósfera tranquila y relajante se ha utilizado una paleta de colores tenue, donde el aguamarina se funde con la madera de roble y detalles en latón, bronce y piedras naturales. Los textiles protagonistas son de la más fina lana.
El apartamento de 420 metros cuadrados queda dividido por un largo pasillo que separa espacios de vida de las áreas privadas. En lugar de optar por fórmulas contemporáneas de espacios abiertos, la propiedad prefirió que cada habitante tuviera su propio espacio.
Los espejos en las zonas públicas aportan luz y amplifican el ya de por sí espacioso apartamento.
En el centro del pasillo destaca una zona de trabajo delimitada por paneles de vidrio enmarcados.
Los dormitorios de los hijos se sitúan consecutivamente y comparten la mesa de trabajo que se extiende a lo largo de las habitaciones.
Los cuartos de baño están protagonizados por el blanco para los sanitarios y bancadas y la madera para el mobiliario.
Los muebles se realizaron a medida y se eligió cuidadosamente cada detalle para formar parte de un relato habitado. El diseño maximiza la funcionalidad del espacio existente.
Para más información visiten: Form Bureau
Vía: decoramus
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