
Se ha tratado de desarrollar una dualidad entre lo crudo (el jamón ibérico) y lo refinado (el champán) a través de los materiales y de la paleta cromática.
De esta manera, se han incorporado al proyecto referencias que nos acercan al mundo sofisticado y festivo del champán, como las formas redondeadas del mobiliario y los brillos de azul y latón de la barra.
Estos acabados pulidos y brillantes tienen su contrapartida en las texturas crudas de las paredes y suelos en tonos suaves, verdes y rosados, realizados con yeso teñido y tableros de cemento – madera.
se ha articulado en paralelo a la barra y dos grandes mesas compartidas.

Al igual que en otros proyectos de este estudio de arquitectura, mesas, taburetes y lámparas llevan su firma y se han diseñado expresamente para este establecimiento.
Para más información visiten: Lucas y Hernández-Gil, Bocadillo de Jamón y Champán
Vía: diarioDESIGN
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