El metal ha sido desde tiempos inmemoriales un valioso elemento en la decoración, fundamentalmente por su brillo (lo que le da un glamour especial allá donde se coloca), por sus propiedades de reflexión de la luz (lo que aporta luminosidad de una estancia), por sus tonos neutros que combinan con (casi) todo y por la personalidad que imprime a los ambientes.
Aunque anteriormente para decorar con metal había que adquirir los objetos en estos materiales (lo que en ocasiones resultaba no precisamente económico, especialmente en el caso de los dorados), en la actualidad podemos encontrar imprimaciones metalizadas en papeles pintados, textiles o lámparas, consiguiendo este “efecto metalizado” sin tener que realizar un fuerte desembolso.
No obstante, dado que metales hay muchos, cada uno con su tono particular, dividiremos este post en los tres tonos metalizados principales: platas, cobres y dorados, y mostraremos al final como broche de oro (nunca mejor dicho) las posibilidades que ofrece la combinación de todos ellos, una tendencia muy actual en diseño interior.
Color plata.
La plata puede considerarse como un metal frío pero a la vez refrescante que aporta mucha luz. Entendido como el tono metalizado por antonomasia, el color plateado está presente en el aluminio, el acero y la alpaca, entre otros. Puede encontrarse en matices brillantes (como el acero cromado) o mates, pero siempre combinará a la perfección en cualquier ambiente, dado que su color se aproxima al gris, el color neutro por excelencia, con permiso del blanco y del negro.
Color dorado
Símbolo del lujo y del glamour por su alto precio, el dorado es el tono metalizado con el que hay que tener más cuidado, ya que su proximidad al color amarillo, el más brillante de todos los tonos, puede desprender una calidez y luz excesiva o condicionar demasiado la decoración. Desde aquí le recomendamos emplearlo en pequeñas proporciones y optar por los tonos “achampanados” más que el dorado puro y duro. También le aconsejamos tener cuidado con su brillo: un satinado ligero siempre quedará mejor que un dorado brillante “a la antigua usanza”.
Mix de tonos metalizados
Aunque lo habitual hasta hace poco era decantarse por un solo tono metalizado como base de la decoración interior, hoy en día las propuestas más atrevidas se basan en la fusión de estilos y colores, por lo que los metalizados no iban a ser una excepción: dorados junto a plateados, cobres junto a materiales cromados…
Vía: Decofilia
Color plata.
La plata puede considerarse como un metal frío pero a la vez refrescante que aporta mucha luz. Entendido como el tono metalizado por antonomasia, el color plateado está presente en el aluminio, el acero y la alpaca, entre otros. Puede encontrarse en matices brillantes (como el acero cromado) o mates, pero siempre combinará a la perfección en cualquier ambiente, dado que su color se aproxima al gris, el color neutro por excelencia, con permiso del blanco y del negro.
Muy empleado en el minimalismo en su formato más puro y limpio, en el estilo industrial en su versión más oxidada o desgastada, o en el estilo árabe por el extendido uso de la alpaca, el color metalizado puede formar parte del mobiliario o destinarse exclusivamente a los complementos, ya sea en papeles, botellas, jarrones, cojines o lámparas, como muestran estos ejemplos.
Color cobre
Tono metalizado en absoluta tendencia, resulta un metal más difícil de armonizar que el anterior, debido a su fuerte tono anaranjado, por lo que suele ir especialmente bien con blancos y negros combinados con madera clara, o bien con tonos amarillos, naranjas y ocres en su gama armónica, aunque tampoco queda mal con verdes y turquesas como tono complementario. Aquí dejamos algunas ideas…
Color dorado
Símbolo del lujo y del glamour por su alto precio, el dorado es el tono metalizado con el que hay que tener más cuidado, ya que su proximidad al color amarillo, el más brillante de todos los tonos, puede desprender una calidez y luz excesiva o condicionar demasiado la decoración. Desde aquí le recomendamos emplearlo en pequeñas proporciones y optar por los tonos “achampanados” más que el dorado puro y duro. También le aconsejamos tener cuidado con su brillo: un satinado ligero siempre quedará mejor que un dorado brillante “a la antigua usanza”.
En cualquier caso, el dorado como tono está viviendo una segunda juventud y se encuentra de plena actualidad, ya que bien combinado permite conseguir espacios espectaculares y elegantes. Especialmente empleado en el estilo clásico renovado, queda especialmente bien en baños elegantes y refinados a los que se les quiera dar un toque contemporáneo.
Mix de tonos metalizados
Aunque lo habitual hasta hace poco era decantarse por un solo tono metalizado como base de la decoración interior, hoy en día las propuestas más atrevidas se basan en la fusión de estilos y colores, por lo que los metalizados no iban a ser una excepción: dorados junto a plateados, cobres junto a materiales cromados…
Vía: Decofilia
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