Esta clínica se ubica en la mitad del centro de negocios de la ciudad de Santiago de Chile, en el barrio de El Golf, Las Condes. Es la remodelación de una antigua oficina construida a mediados de los 90´s destinada a otros servicios médicos.
El cliente, Clínica Santa Blanca, busca que la experiencia de sus pacientes sea siempre distinta a una clínica común, por lo que el encargo fue lograr un espacio con una gran espacialidad y que sobre todo genere mucha calidez y tranquilidad a sus pacientes.
Trataron de alejarse lo más posible de la idea clásica de clínica dental, armando una circulación muy abierta, con luz y ventilación natural, permeable desde el acceso de los pacientes a los box de consulta. Se ubicó un “jardín japonés” en este recorrido, aumentando la amplitud del pasillo y distrayendo al paciente mientras hace el recorrido del área de espera al box.
En el perímetro se distribuyeron los seis box clínicos, todos con luz y ventilación natural, los baños y el área de esterilización. En el centro del espacio se dejó, como un apéndice de la caja de escalera, la habitación de rayos X y la recepción.
Para permitir que la luz natural entre a todos los recintos, se diseñaron puertas vidriadas para los box y ventanas horizontales que salen desde el cielo e impiden ver hacia dentro de los recintos. Todas las ventanas, puertas y barandas están hechas en carpintería de acero y electropintadas de color negro.
El suelo se elevó unos 7cms en todo el perímetro y pasillo de los box de atención, para permitir instalar toda la ductería de agua y aire que requieren los sillones del dentista. Dentro de los box el pavimento es de cerámica blanca y en las áreas públicas es suelo flotante laminado.
Para los muros del acceso y el “jardín japonés” usaron revestimiento de pino ½”x4” pintado con Sikkens Cetol blanco. Para los muros que se encuentran en las zonas mas oscuras usaron gris grafito buscando agrandar visualmente el espacio, y los demás muros blancos.
La decoración moderna y minimalista mejora la espacialidad y ayuda a modificar la percepción del paciente diferenciando el espacio de una clínica común, se diseñó además una señalización personalizada y en conexión con el interiorismo del proyecto.
Para más información visiten: Tomás de Iruarrizaga + José Pedro Abé
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