El barroco francés fue una época que se caracterizó por la abundancia y la ostentación. La decoración adquiría una importancia sublime y las salas se recargaban con espejos de marcos voluminosos y dorados, elementos dorados por doquier y figuras decorativas. Es decir, en este estilo claramente primaba más la decoración que la funcionalidad.
Desde aquí queremos revivir parte del júbilo y de la alegría despreocupada de esta época y por eso le traemos de vuelta algunas de las piezas preferidas por los monarcas franceses, como es el caso de las elegantes sillas Luis XVI.
SILLAS LUIS XVI: UN POCO DE HISTORIA
Las sillas Luis XVI, como bien indica su nombre hacen referencia al monarca francés Luis XVI y es que durante su reinado se cultivó un estilo de decoración particular que ha llegado hasta nuestros días. Los expertos en decoración situamos este estilo entre el barroco y el neoclásico, ya que se pueden ver guiños a las dos corrientes.
Por un lado, las formas rectilíneas se imponían a las curvas fantasiosas características del barroco. No obstante, para los detalles decorativos se seguían prefiriendo los elementos dorados y recargados. Esta mezcla de estilos hace que muebles como las sillas Luis XVI sean sinónimo de una dulzura femenina y una elegancia exquisita.
ELEGANCIA A LA HORA DE COMER
Uno de los emplazamientos más populares para las sillas Luis XVI es el comedor. Cuando invitamos a amigos y familiares para cenar en ocasiones especiales como la Navidad o algún cumpleaños, siempre intentamos mostrar nuestra elegancia y buen gusto y las sillas Luis XVI son perfectas para ello. Acompañando a una larga mesa de madera noble, nuestros invitados se sentirán en una verdadera cena de palacio gracias a las sillas Luis XVI.
LO ÚLTIMO EN DISEÑO
Por suerte estamos en un país libre y ¿quién dijo que no podíamos combinar estilos? Si le gustan la forma característica de las sillas Luis XVI, pero no le convence la elegancia seria del barroco, no tiene por qué renunciar a ellas. En los estilos más modernos y vanguardistas siempre suele haber un elemento clásico transformado para dar un toque transgresor. Una idea es lacar las sillas Luis XVI por completo con un espray plateado, dorado o fosforito y hacer de esta bella pieza de mobiliario un objeto de lo más rompedor.
Vía: Westwing
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