El embarazo es una de las etapas más bonitas en la vida de una persona, tanto para quien está gestando el bebé como para su pareja. También es una fase de muchos nervios y estrés, ya que hay una lista interminable de cosas que hacer y preparar para cuando llegue el bebé, como comprar los muebles para su habitación, pintarla, elegir su nombre, saber a qué pediatra lo va a llevar y qué pruebas tiene que hacerse al poco de nacer…
Al ser un blog de decoración, es lógico que vaya a centrarme en este aspecto, concretamente en la elección de la cuna, ya que son muchos los aspectos que debe tener en cuenta al hacerla. No basta con llegar a una tienda y decir “esta me encanta, la quiero” y se la lleva. No. Hay que analizarla para saber si es la más adecuada para su bebé y, lo más importante de todo, saber si cumple con todas las normativas de seguridad.
Una buena inversión
Es muy importante que tenga en cuenta que su pequeño va a dormir en la cuna hasta los 3 años, o eso se recomienda, por lo que merece la pena gastar un poco más de dinero y asegurarse de que es una de buena calidad. Además, si la va a elegir convertible en cama, la usará mucho más, así que tómese su tiempo en mirar varias opciones hasta dar con la que realmente considere la más adecuada.
La seguridad, lo más importante
Aunque está claro que lo primero en lo que va a fijarse es en la estética de la cuna, acto seguido revisa ciertos parámetros de seguridad. Si los cumple, podrá comprarla, pero si no lo hace, lo mejor es que siga buscando, por mucho que esa le haya gustado. Empiece por visitar únicamente establecimientos de calidad reconocida que le aseguren que sus muebles y productos cumplen con la norma europea de seguridad.
Entre los puntos a tener en cuenta, el somier es ideal que tenga dos posiciones para subir o bajar según la edad del bebé, siendo la altura interior de 60 cm en la más baja y 30 cm en la más alta. Los barrotes deben tener una separación de entre 4,5 y 6,6 cm, ya que si fuera más el bebé podría colarse, especialmente cuando ya se mueva mucho. Si la cuna es de ruedas, dos deben tener freno, y su pintura, barnices y cualquier elemento decorativo deben ser atóxicos. Por último, no puede quedar un espacio de más de 2 cm entre el colchón y los bordes, por ninguno de sus lados.
Su ubicación
También debe tomarse su tiempo para elegir el lugar en el que pondrá la cuna, evitando que sea pegada a una ventana ya que es una zona más fría y además el pequeño podrá tirar de las cortinas o trepar por ellas. Tampoco la ponga junto a una estufa o radiador, el exceso de calor puede ser muy peligroso. En pocos meses, su pequeño ya se pondrá de pie, así que no deje a su alcance nada que pueda ser peligroso, como lámparas, enchufes o productos de higiene.
La ropa de la cuna
Un protector para el colchón está muy bien, pero que no sea impermeable ya que no permite que el aire circule libremente y puede suponer riesgo de asfixia si el bebé se da la vuelta y duerme boca abajo. Las sábanas pueden ser de cualquier tejido excepto de raso o seda, ya que se resbalaría y podría irse hacia abajo, quedando atrapado debajo del edredón y en una zona donde las sábanas están bien metidas a los lados. Lo más recomendable es que al dormir no haya más que la sábana y una mantita.
El colchón
Su elección depende más de su presupuesto y sus gustos, pero básicamente tiene que ser un colchón firme y cómodo, que no se hunda pero que tampoco sea muy rígido. No hay ningún inconveniente en que sea de látex, muelles, goma espuma, fibra de coco, viscoelástico, etc. Debe ajustarse perfectamente en tamaño a la cuna, evitando que haya huecos por los que el niño pueda quedarse atrapado o colarse.
La seguridad, lo más importante
Aunque está claro que lo primero en lo que va a fijarse es en la estética de la cuna, acto seguido revisa ciertos parámetros de seguridad. Si los cumple, podrá comprarla, pero si no lo hace, lo mejor es que siga buscando, por mucho que esa le haya gustado. Empiece por visitar únicamente establecimientos de calidad reconocida que le aseguren que sus muebles y productos cumplen con la norma europea de seguridad.
Entre los puntos a tener en cuenta, el somier es ideal que tenga dos posiciones para subir o bajar según la edad del bebé, siendo la altura interior de 60 cm en la más baja y 30 cm en la más alta. Los barrotes deben tener una separación de entre 4,5 y 6,6 cm, ya que si fuera más el bebé podría colarse, especialmente cuando ya se mueva mucho. Si la cuna es de ruedas, dos deben tener freno, y su pintura, barnices y cualquier elemento decorativo deben ser atóxicos. Por último, no puede quedar un espacio de más de 2 cm entre el colchón y los bordes, por ninguno de sus lados.
Su ubicación
También debe tomarse su tiempo para elegir el lugar en el que pondrá la cuna, evitando que sea pegada a una ventana ya que es una zona más fría y además el pequeño podrá tirar de las cortinas o trepar por ellas. Tampoco la ponga junto a una estufa o radiador, el exceso de calor puede ser muy peligroso. En pocos meses, su pequeño ya se pondrá de pie, así que no deje a su alcance nada que pueda ser peligroso, como lámparas, enchufes o productos de higiene.
La ropa de la cuna
Un protector para el colchón está muy bien, pero que no sea impermeable ya que no permite que el aire circule libremente y puede suponer riesgo de asfixia si el bebé se da la vuelta y duerme boca abajo. Las sábanas pueden ser de cualquier tejido excepto de raso o seda, ya que se resbalaría y podría irse hacia abajo, quedando atrapado debajo del edredón y en una zona donde las sábanas están bien metidas a los lados. Lo más recomendable es que al dormir no haya más que la sábana y una mantita.
El colchón
Su elección depende más de su presupuesto y sus gustos, pero básicamente tiene que ser un colchón firme y cómodo, que no se hunda pero que tampoco sea muy rígido. No hay ningún inconveniente en que sea de látex, muelles, goma espuma, fibra de coco, viscoelástico, etc. Debe ajustarse perfectamente en tamaño a la cuna, evitando que haya huecos por los que el niño pueda quedarse atrapado o colarse.
Vía: Decorablog
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