El nombre del establecimiento lo dice todo pues Bosco -bosque- habla de un espacio verde con nombre italiano, como su carta.
Entrar en Bosco es desconectar del ruido de la ciudad, y adentrarse en un espacio luminoso y abierto pero escondido detrás del Colegio de Arquitectos.
El mismo diseño del local, conceptualizado por En Compañía de Lobos y diseñado por Sandra Tarruella Interioristas, invita al paseante a curiosear, conocer, compartir y a sentirse cómodo en él.
Bosco de Lobos nace con vocación de bar, terraza, centro de reunión y trabajo, brunch o picnic de fin de semana.
La gran barra central ofrece la posibilidad de comer, picar unas tapas o tomar una caña mientras se observa a los cocineros en acción.
La terraza y todo el jardín que le rodea invitan al cliente a sentarse y a disfrutar de un espacio verde en el centro de Madrid.
El salón de arquitectos conectado con el restaurante es ideal para comer, usar el ordenador, consultar los libros, y apreciar la luz y la tranquilidad del paisaje exterior.
Bosco de Lobos tiene en definitiva un encanto que se siente al entrar, ya sea por el diseño del local, por el verde del jardín proyectado por la paisajista Ana Esteve, o por la calidad de la carta.
Vía: diarioDESIGN
El mismo diseño del local, conceptualizado por En Compañía de Lobos y diseñado por Sandra Tarruella Interioristas, invita al paseante a curiosear, conocer, compartir y a sentirse cómodo en él.
Bosco de Lobos nace con vocación de bar, terraza, centro de reunión y trabajo, brunch o picnic de fin de semana.
La gran barra central ofrece la posibilidad de comer, picar unas tapas o tomar una caña mientras se observa a los cocineros en acción.
La terraza y todo el jardín que le rodea invitan al cliente a sentarse y a disfrutar de un espacio verde en el centro de Madrid.
El salón de arquitectos conectado con el restaurante es ideal para comer, usar el ordenador, consultar los libros, y apreciar la luz y la tranquilidad del paisaje exterior.
Bosco de Lobos tiene en definitiva un encanto que se siente al entrar, ya sea por el diseño del local, por el verde del jardín proyectado por la paisajista Ana Esteve, o por la calidad de la carta.
Para más información visiten: En Compañía de Lobos, Sandra Tarruella Interioristas, Ana Esteve
Vía: diarioDESIGN
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