
Todo el local pretende ser una referencia de la cultura checa, en el cuál destaca el espectacular techo abovedado en azul y blanco, inspirado en la porcelana Cibulak. Más referencias a la típica artesanía checa se reflejan en materiales como la madera de roble y el cuero de los muebles. Muebles sencllos y modernos para otorgar al bar un aire contemporáneo.

La iluminación cuelga del techo con lámparas también diseñadas por Krizek.
El resultado es un local que combina perfectamente la comodidad y el espíritu hospitalario de los clásicos cafés de Praga con un concepto de arquitectura contemporánea que combina materiales tradicionales como la porcelana, el cuero y la madera.
Toques clásicos que se acentúan con las barandillas y pasamanos de acero negro y cobre. El trabajo ha recibido el Premio Nacional de Arquitectura de la República Checa.

Vía: decoramus
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