1.- Realizar el proyecto rápidamente.
Planificar detalladamente y sin prisas el proyecto a realizar nos evitará muchos disgustos. Y no sólo prepararlo tranquilamente, hay que revisarlo varias veces para definir exactamente lo que queremos conseguir y con un presupuesto claro.
2.- Elegir al primer contratista con el que se entrevista.
Seguimos con la misma filosofía, tranquilidad, revisiones detalladas de los presupuestos y muchas conversaciones. Compare los presupuestos de varios contratistas antes de decidirse por uno de ellos. Expónga su proyecto y valore la comunicación con el encargado de su desarrollo. No sólo se trata del presupuesto, también de ver que el encargado le escucha y sigue sus instrucciones. También es interesante que le comprenda y sepa trasladar sus ideas a la realidad.
3.- Presupuesto demasiado ajustado.
Tenemos un presupuesto para la obra, una cantidad que nos podemos gastar, pero no podemos preveerlo todo ya que pueden aparecer imprevistos. Cuando derriba una pared o levanta un suelo no siempre se encuentra lo que esperaba. Dejar un márgen en el presupuesto para el posible cambio o arreglo de defectos ocultos es un imponderable. Deberíamos dejar un 20 % del presupuesto destinado a esos posibles imprevistos.
4.- Ahorrar en materiales y mano de obra.
Obviamente esto puede ser una virtud pero que tiene un límite muy inestable, saber dónde y cómo se puede ahorrar no es fácil. En cambio es muy fácil pasarse de ahorrador y caer en la tacañería. Los materiales demasiado baratos no van a cumplir igual que otros más caros. Y quere hacerlo todo uno mismo cuando no tiene experiencia puede resultar terriblemente caro, ante la duda mejor buscar un profesional.
5.- Gastar demasiado en materiales.
Este error es el contrario del anterior, hay que preocuparse por comparar precios sobre las mismas calidades de material pues desgraciadamente pueden variar bastante de un comerciante a otro. Además algunas tareas se pueden resolver igual reciclando materiales antiguos en buen estado.
6.- Reformar el exterior sin tener en cuenta a sus vecinos.
Cuando se hace una reforma en el interior de la casa todo depende de su gusto y sus necesidades pero cuando la reforma afecta a la fachada de su casa debe tener en cuenta el estilo y las condiciones de la comunidad. Ampliaciones y reformas deben atenerse a las normas de la comunidad de vecinos y demás normas legales que puedan afectar a la vivienda.
7.- Cambiar demasiado de opinión.
Una vez comience la reforma atenerse al máximo al plan proyectado es una forma de avanzar rápidamente en la obra y evitarse problemas, disgustos e incurrir en gastos extras.
Vía: Guía para decorar
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