Megalochori es un tranquilo e introvertido pueblo, situado en el centro de la popular isla griega de Santorini y uno de los pocos que ha conservado intacto su carácter tradicional con sus calles estrechas, viviendas de toda la vida, iglesias con sus característicos campanarios y un paisaje de interminables viñedos.
Es aquí, próxima al comienzo de un sinuoso sendero que desciende hacia la plaza principal, donde se levanta Villa Anemolia, una casa en alquiler para refugiarse y huir del estrés de la vida diaria durante unos días.
La residencia ha sido renovada, este mismo año, por el estudio de arquitectura griego MPLUSM, que dirigen Memos Filippidis y Marita Nikoloutsou. El proyecto, que ha tenido muy en cuenta los requisitos que deben cumplir este tipo de establecimientos, se ha llevado cabo buscando respetar las raíces arquitectónicas del lugar y alcanzar un alto grado de sencillez.
Villa Anemolia cuenta con una sala de estar, un comedor, una cocina y dos habitaciones independientes con baños privados. Sus bellos interiores responden a los interiores típicamente cavernosos de las casas de la isla, incrustados en el suelo volcánico, con techos abovedados y con la luz que proviene únicamente de la fachada que da al patio.
La reforma ha preservado al máximo las tres estancias abovedadas en las que se han hecho los mínimos cambios, mientras que para aumentar la entrada de luz se abrieron nuevas claraboyas y se dispusieron luces dentro de pequeños huecos en las paredes que crean un efecto íntimo.
La geometría orgánica de la planta ha llevado a reemplazar el viejo mobiliario por otro más integrado, como las camas o los sofás-cama que flanquean la sala de estar con la misma base que el suelo de hormigón, en el acabado mate también tradicional de la isla. Los nuevos armarios blancos se funden con las paredes del mismo color.
Junto al blanco y el gris, los colores de tonos tierra, combinados con el lujo y el interiorismo minimalista, ofrecen calidez y familiaridad a los huéspedes.
En el exterior, todo se ha dispuesto para poder aprovechar las condiciones climatológicas de la isla y poder disfrutar hasta el último minuto del día de una agradable estancia. La terraza prolonga el interior de la casa con sus tonos grises, marrones y blancos. En una de las esquinas, se ha dispuesto una gran bañera de hidromasaje, revestida en el mismo acabado que las paredes y protegida con un ligero toldo también blanco. Un espacio perfecto donde poder olvidarse del mundanal ajetreo.
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