Cerveza El Turia, mítica marca valenciana, vive una segunda edad de oro y para celebrarlo, y de paso prorrogar la feliz etapa, ha revolucionado la imagen de la marca, ha obsequiado a los clientes con la posibilidad de disfrutar de la Turia Märzenen en formato botellín y ha reunido todo el universo de la compañía en una tienda efímera, Casa Turia, abierta hasta finales de octubre.
La marca ha confiado tamaño objetivo a otra firma mítica en Valencia: CuldeSac™, especialistas en reposicionar y aportar valor a las marcas. En este caso, realizando un ejercicio de branding que ha consistido en trasladar el universo de Turia Märzen a todos los soportes de comunicación on y off line. El objetivo: sumergir al visitante en el mundo de la marca a través de una experiencia doble.
Por una parte, han recuperado la botella 33cl para la cerveza tostada Turia Märzen, la más especial de la casa y la cual, después de casi ocho décadas, sobrevivía en el barril de algunos bares valencianos.
Por otra parte, han creado una pop-up store para exponer la trayectoria y los valores ligados a la ciudad y la cultura valenciana. En ella el visitante podrá descubrir los secretos de la fabricación de la cerveza, realizar catas y maridajes, y repasar los hitos de la marca. Asimismo, se puede adquirir cerveza, merchandising y una selección de productos de diseño valencianos.
Este trabajo se ha conseguido mediante una labor de investigación histórica por parte de CuldeSac™ a través de documentalistas y coleccionistas. El resultado es la recuperación del gran universo que rodea a esta marca valenciana y la creación de una fuerte identidad que combina el presente y pasado de la compañía.
Casa Turia tiene, además, forma de casa con el propósito de acercarse de forma más íntima al público. La tienda es muy visible desde el exterior puesto que su estructura se prolonga fuera de los ventanales de la entrada. Del escaparate destaca el dispositivo dinámico, a partir de módulos movibles y realizados con botellas, a modo de celosía valenciana.
Dentro, la estructura se asemeja a un esqueleto recubierto de distintas capas. En el techo, se han dejado varias aberturas entre los listones de madera para que penetre la luz. Se han utilizado materiales autóctonos como el esparto y el cañizo, y se ha levantado un jardín vertical con plantas aromáticas propias de la zona. En un segundo está la cocina-comedor de la casa, el lugar donde se habla de la fabricación del producto y se realizan las catas.
Vía: diarioDESIGN
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