lunes, 2 de septiembre de 2013

USB es Un señor de Bilbao, un bistró donde se mezcla comida, diseño y fotografía.

Un señor de Bilbao podría ser Txomin Sáez, un fotógrafo publicitario que llevaba diez años gestando un sueño: abrir un bistró en la capital vizcaína para disfrutar de la comida tradicional, un buen vino, música francesa y una agradable charla entre amigos en un ambiente relajado y acogedor.

Por fin lo ha conseguido y el resultado bien vale una década de espera. Sáez ha creado una escenografía donde se fusionan la restauración, el diseño y la fotografía. Donde el estilo boho-chic más francés marida con pinceladas nórdicas. Un lugar que, por momentos, puede parecer una buhardilla o el local más cosmopolita de la ciudad.
Especializado en “crear luz” durante treinta años, Sáez se ha encargado personalmente del interiorismo. Sabía lo que quería. “Mis fuentes de inspiración son diversas pero hay un hilo conductor: el mundo de Ralph Lauren, el de Lexington, un cierto tono afrancesado y nonchalant, y remotamente un poco de estilo Gustaviano de Suecia”.
El resultado es una mezcla de paredes a medio terminar, madera decapada, azulejos victorianos, colores beige y un toque rústico que, en conjunto, crea un ambiente elegante y sobrio en pleno Indautxu, la zona más guapa de la ciudad.
El local se divide en dos: la planta de acceso a la calle, donde están la barra y algunas mesas, y una entreplanta inferior, donde está situado el resto del comedor.
Impera la estética de local abandonado: paredes de Pladur sin pintar, suelos de cemento pulido desgastados, instalaciones a la vista, materiales de aspecto viejo. Mezclado con elementos más sofisticados como las dos vitrinas de cristal climatizadas para los vinos y los quesos.
El mobiliario aporta la parte más bohemia. Diferentes formas, tamaños y colores para las mesas y sillas de madera. “Las mesas están muy inspiradas en un diseño de Terence Conran. "Yo proporcioné los dibujos y las medidas al carpintero". Pintadas en tonalidades rojas y azules, se les aplicó un chorro de arena para sacar la veta. Las mesas blancas del comedor de la barra, por su parte, están pintadas a mano con brocha para conseguir los trazos irregulares y la textura. Para los asientos se ha decantado por sillas de tipo bistró lacadas en gris medio así como bancos corridos.
La iluminación es una parte muy importante del proyecto. Su estudiada elección es capaz de conseguir una gran luminosidad mediante luces blancas y los tonos claros del local, y un ambiente más íntimo a través de una luz más tenue.
Para el principal elemento de iluminación, se ha utilizado un sistema de lámparas halógenas colgadas de hilos, “lo que permite desplazar cada una de ellas y proporcionar una luz general agradable”. Pero la gran protagonista es la red Lacrima di pescatore de Ingo Maurer, una delicada pieza de diseño que aporta un sabor especial al decorado. También hay lámparas con pantalla que proporcionan “toques de calidez y marcan espacios”.
¿Y qué sería de un bistró sin recuerdos o trastos de por medio? En USB (siglas de Un Señor de Bilbao) hay cajas de madera amontonadas en una esquina, botellas viejas, paredes con pinturas originales y fotos, muchas fotos e ilustraciones. Imágenes de paisajes, de bodegones, de personas, de Bilbao. En color, en blanco y negro. Algunas son reproducciones, otras del propio artista.
En la zona de la barra destacan los taburetes metálicos, la pizarra con los platos del día (su cocina ofrece gastronomía vasca con ligeros toques franceses) y objetos como una báscula antigua apoyada sobre una delicada pared de azulejos blancos.
Para más información visiten: Un señor de Bilbao









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