

El comedor también es blanco. La mesa, de madera acabada en color negro, se acompañó de seis sillas desenfundables. En una de las paredes, se colocó un aparador para almacenar vajillas y cristalerías, mientras que la que queda justo en frente se decoró con pintura de pizarra. Parece que la tendencia de las cabezas de animales en las paredes ha llegado a esta casa de Suecia.

¡Cómo nos gusta reunirnos en la cocina! Por eso, en esas casas maravillosas en las cuales la escasez de metros no es un problema la cocinas es, junto al salón, la estancia a la que más superficie se dedica. Funcional, bien distribuida, con una circulación cómoda, con su zona de comedor… Ésta se decoró con muebles laminados en un acabado oscuro, casi negro, y una encimera gris. Los electrodomésticos, de acero.
Del dormitorio principal me quedo con dos ideas: el detalle del cabecero tapizado en un “falso capitoné” y la ausencia de mesilla, en su lugar, una lámpara de pie y dos cuadros. No hay espacio suficiente para un mueble, pero el poco que queda no tiene por qué quedarse vacío ni recargado.

El color no podía faltar en la habitación infantil: la alfombra, la mesilla… toques azules combinados con muebles de laca blanca, madera natural y fibra.
Hasta un cuarto para los invitados. No está nada mal. Para esta estancia, en lugar del clásico sofá-cama, se eligió un estupendo mueble que permite contar tanto con un sofá en el que no hay problemas de espacio como con una cama en la que dormir plácidamente a pierna suelta, sin estrecheces.
Vía: decoratrix
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