La silla Tulip forma parte de una serie
de diseños de mobiliario que Eero Saarinen concibió a lo largo de su
carrera, y es la manifestación de su búsqueda de una forma ininterrumpida que
pudiera cumplir .con las funciones básicas requeridas por el cuerpo humano.
"Queda que la silla volviera a ser una pieza única", anotó. La transferencia de
ideas de la arquitectura al diseño y viceversa reforzó su creencia en la
posibilidad de proveer unidad formal al entorno del siglo XX. La silla Tulip y la Terminal de las aerolíneas
TWA comparten conceptos similares, a saber, la fusión de elementos estructurales
en una forma única autodeterminante, paradigmática de este acercamiento global
al diseño.
Para Saarinen, la silla representó un
gran desafío. Sus expectativas respecto a su funcionamiento eran
inquebrantables: tenía que resultar cómoda para personas de todas las
complexiones y tamaños; debía fabricarse con materiales contemporáneos; como
pieza de producción en serie, tenía que ser impersonal para adaptarse a
diferentes entornos y, además, solucionar el caos visual que producen las
múltiples patas de una silla. El prototipo cumplía con estos cinco criterios. La
concha de fibra de vidrio moldeada gira
sobre un pie de aluminio fundido de una pieza, que distribuye el peso sobre el
suelo. Se realizó un gran número de bocetos, maquetas y hasta modelos de tamaño
natural para analizar la relación de la silla con su entorno. El mismo Saarinen
verificó su robustez usándola en su propia casa. En pruebas adicionales de
resistencia realizadas para determinar su elasticidad, la silla no presentó
daños. Actualmente Knoll la comercializa,
con varias combinaciones de materiales y telas.
Para más información visiten: Knoll
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