El proyecto INSIDER.La comunidad eléctrica de la oficina de arquitectura elii es uno de esos ejercicios que gracias a una excelente administración del espacio y los recursos logra un potente resultado sin necesidad de excesos, actuando como una dosis hiperconcentrada de ideas y decisiones en el punto crítico. Se trata de la reforma de una vivienda, situada en el casco histórico de Zaragoza, para su transformación en dos estudios autónomos; dos viviendas completas, articuladas mediante una zona común que, permite eliminar las separaciones entre los estudios y conectar ambos en una única vivienda convencional.
Con el fin de ganar el máximo espacio para las viviendas y de minimizar los costes de la ejecución se concentra la actuación en la zona central en la que se ubican las cocinas, los baños, el almacenamiento, el acceso y los elementos de distribución. De esta manera, se libera el espacio principal de cada una de las viviendas y se reduce la superficie de la intervención. Además, se ubica un punto de lavandería compartido en la zona común.
Dos sistemas convierten la casa en un ámbito activo adaptado al usuario y permiten alterar la organización de las funciones domésticas configurando diferentes disposiciones funcionales. Por una parte, los espacios funcionales se relacionan con los vivideros mediante un display de persianas que según se abren o cierran aparecen o desaparecen algunos de los elementos de la casa, como la cocina, la cama, la escalera o la tabla de planchar. Por otra, el núcleo central se eleva del suelo 60cm lo que soluciona técnicamente las nuevas instalaciones de fontanería, electricidad y saneamiento.
Además, la vivienda se diseña de acuerdo a una estrategia de ahorro energético. Por ejemplo, cada estudio dispone de unos dispositivos de medición que traducen el consumo eléctrico a códigos cromáticos. De esta manera, el consumo eléctrico se ve reflejado en la iluminación de la vivienda. También, el acceso a cada casa se realiza mediante llaves de hotel que controlan los circuitos eléctricos secundarios. Todos estos dispositivos conllevan una reducción de hasta un 30% en la factura eléctrica, de acuerdo a los experimentos domésticos estudiados.
Qué ocurre tras las ventanas de los edificios de las ciudades?
1. La ventana indiscreta. Llegas a casa, abres la puerta y estás otra vez en la calle. Todas las acciones de estas pequeñas viviendas transcurren en un único espacio que mira a la fachada de un edificio que ha aparecido de repente en el cuarto de estar. Tras las ventanas puede pasar cualquier cosa.
No hay fuera ni dentro. Todo es continuo.
2. La casa es un terminal. Las infraestructuras de las ciudades terminan en las casas y configuran el confort de los espacios domésticos. La tecnología atraviesa las ciudades y, en el camino, se espacializa en las casas. La casa es un terminal.
No hay dentro ni fuera. Todo es continuo.
3. El mando a distancia. Una serie de dispositivos traducen los consumos energéticos de cada vivienda en códigos espaciales y cromáticos. Los espacios domésticos son espacios políticos. La casa es el escenario en el que se construye la conciencia energética. Pero, además, la casa es un mando a distancia desde el que se gobierna el continuo socio-técnico.
Desde dentro, participamos fuera.
4. Espacio relacional. Cada vez que se accede o se abandona la vivienda, los usuarios dejan un rastro efímero en el acceso. El acabado fotoluminiscente registra el paso de los usuarios por este pequeño espacio que articula ambas viviendas y que aloja algunas de las funciones comunes. Cuando la luz se apaga automáticamente el espacio brilla durante un tiempo, lo que permite a los habitantes dejarse recados como “ya estoy en casa” o “salgo un rato”.
Mensajes vaporosos en los espacios comunes.
Para más información visiten: Elii
Vía: Plataforma Arquitectura
Con el fin de ganar el máximo espacio para las viviendas y de minimizar los costes de la ejecución se concentra la actuación en la zona central en la que se ubican las cocinas, los baños, el almacenamiento, el acceso y los elementos de distribución. De esta manera, se libera el espacio principal de cada una de las viviendas y se reduce la superficie de la intervención. Además, se ubica un punto de lavandería compartido en la zona común.
Dos sistemas convierten la casa en un ámbito activo adaptado al usuario y permiten alterar la organización de las funciones domésticas configurando diferentes disposiciones funcionales. Por una parte, los espacios funcionales se relacionan con los vivideros mediante un display de persianas que según se abren o cierran aparecen o desaparecen algunos de los elementos de la casa, como la cocina, la cama, la escalera o la tabla de planchar. Por otra, el núcleo central se eleva del suelo 60cm lo que soluciona técnicamente las nuevas instalaciones de fontanería, electricidad y saneamiento.
Además, la vivienda se diseña de acuerdo a una estrategia de ahorro energético. Por ejemplo, cada estudio dispone de unos dispositivos de medición que traducen el consumo eléctrico a códigos cromáticos. De esta manera, el consumo eléctrico se ve reflejado en la iluminación de la vivienda. También, el acceso a cada casa se realiza mediante llaves de hotel que controlan los circuitos eléctricos secundarios. Todos estos dispositivos conllevan una reducción de hasta un 30% en la factura eléctrica, de acuerdo a los experimentos domésticos estudiados.
Qué ocurre tras las ventanas de los edificios de las ciudades?
1. La ventana indiscreta. Llegas a casa, abres la puerta y estás otra vez en la calle. Todas las acciones de estas pequeñas viviendas transcurren en un único espacio que mira a la fachada de un edificio que ha aparecido de repente en el cuarto de estar. Tras las ventanas puede pasar cualquier cosa.
No hay fuera ni dentro. Todo es continuo.
2. La casa es un terminal. Las infraestructuras de las ciudades terminan en las casas y configuran el confort de los espacios domésticos. La tecnología atraviesa las ciudades y, en el camino, se espacializa en las casas. La casa es un terminal.
No hay dentro ni fuera. Todo es continuo.
3. El mando a distancia. Una serie de dispositivos traducen los consumos energéticos de cada vivienda en códigos espaciales y cromáticos. Los espacios domésticos son espacios políticos. La casa es el escenario en el que se construye la conciencia energética. Pero, además, la casa es un mando a distancia desde el que se gobierna el continuo socio-técnico.
Desde dentro, participamos fuera.
4. Espacio relacional. Cada vez que se accede o se abandona la vivienda, los usuarios dejan un rastro efímero en el acceso. El acabado fotoluminiscente registra el paso de los usuarios por este pequeño espacio que articula ambas viviendas y que aloja algunas de las funciones comunes. Cuando la luz se apaga automáticamente el espacio brilla durante un tiempo, lo que permite a los habitantes dejarse recados como “ya estoy en casa” o “salgo un rato”.
Mensajes vaporosos en los espacios comunes.
Para más información visiten: Elii
Vía: Plataforma Arquitectura
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