La atmósfera del renovado Café Kafka está a medio camino entre un café literario, un bistró en el barrio parisino de Saint Germain y un hogar excéntrico, dicen los miembros del equipo. Pero, además, este restaurante barcelonés recoge el espíritu del barrio del Born en los últimos años: un ambiente bohemio, creativo y cosmopolita, en su caso gracias a una decoración ecléctica y acogedora, una estudiada iluminación y la compañía de música italiana y francesa.
El nuevo propietario del Café Kafka, el empresario Karel Schröder, es el responsable de trasladar el encanto de las calles del Born al interior del local. Schröder, nacido en Barcelona y dueño de las terrazas Adriático, en Barcelona, y Marina Playa, en Ibiza, ha transformado la estética y la carta gastronómica de este restaurante y barra de copas para acoger a “gente joven, viajeros curiosos y sibaritas urbanos de todas las edades”.
Yolanda Vilalta y Helena Jaumá son las responsables del nuevo interiorismo. Dos viejas mesas del local fueron la inspiración para las diseñadoras, creando a partir de ahí la particular atmósfera del lugar.
La iluminación es uno de los elementos clave del ambiente bohemio que impregna al Café Kafka. Múltiples bombillas y lámparas no sólo proporcionan una gran luminosidad sino que se convierten en uno de los protagonistas de la decoración debido al número, el color y la singularidad de sus formas. Como la lámpara Sputnik, con multicolores portalámparas, o las bombillas de carbono y globos multicolores de opalina de la barra que, además, se multiplican al reflejarse en el espejo. Por otra parte, la cristalera de la fachada, con vistas al histórico y modernista Antic Mercat del Born, proporciona luz natural durante el día.
La diversidad es el otro protagonista de la decoración. Diversidad de materiales: mesas de superficie de cristal pintado con cantos de latón claveteado y patas de hierro, taburetes de ratán multicolor y una barra de madera decorada con placas de hierro antiguo que imitan a los embellecedores de algunas chimeneas.
Por supuesto, diversidad de formas y colores con sillas y lámparas de diferentes modelos y estilos, por otra parte, algo casi imperativo para todo local cool que se precie hoy en día.
Y también diversidad de elementos decorativos: anaqueles con libros, molduras, espejos o detalles como escribir las sugerencias del día en el espejo de la barra.
Otro ingrediente para conseguir un ambiente bohemio es la calidez que respira el lugar, en parte gracias a la elección del terciopelo para los asientos: rojo oscuro para los sofás que recorren el perímetro del comedor, y ocre y verde para las sillas.
Un estudiado desorden en el mobiliario, con mesas móviles para adaptarse al número de comensales, completa el look.
Por supuesto, en un lugar llamado Café Kafka no podían faltar referencias al escritor checo: una enorme y antigua montura de gafas decorativa o el perchero de una escuela son los guiños con los que el actual equipo le ha rendido homenaje.
CAFÉ KAFKA
C/ Fusina, 7 Barcelona Reservas: 93 315 1776 info@cafekafka.es
Vía: diarioDESIGN
El nuevo propietario del Café Kafka, el empresario Karel Schröder, es el responsable de trasladar el encanto de las calles del Born al interior del local. Schröder, nacido en Barcelona y dueño de las terrazas Adriático, en Barcelona, y Marina Playa, en Ibiza, ha transformado la estética y la carta gastronómica de este restaurante y barra de copas para acoger a “gente joven, viajeros curiosos y sibaritas urbanos de todas las edades”.
Yolanda Vilalta y Helena Jaumá son las responsables del nuevo interiorismo. Dos viejas mesas del local fueron la inspiración para las diseñadoras, creando a partir de ahí la particular atmósfera del lugar.
La iluminación es uno de los elementos clave del ambiente bohemio que impregna al Café Kafka. Múltiples bombillas y lámparas no sólo proporcionan una gran luminosidad sino que se convierten en uno de los protagonistas de la decoración debido al número, el color y la singularidad de sus formas. Como la lámpara Sputnik, con multicolores portalámparas, o las bombillas de carbono y globos multicolores de opalina de la barra que, además, se multiplican al reflejarse en el espejo. Por otra parte, la cristalera de la fachada, con vistas al histórico y modernista Antic Mercat del Born, proporciona luz natural durante el día.
La diversidad es el otro protagonista de la decoración. Diversidad de materiales: mesas de superficie de cristal pintado con cantos de latón claveteado y patas de hierro, taburetes de ratán multicolor y una barra de madera decorada con placas de hierro antiguo que imitan a los embellecedores de algunas chimeneas.
Por supuesto, diversidad de formas y colores con sillas y lámparas de diferentes modelos y estilos, por otra parte, algo casi imperativo para todo local cool que se precie hoy en día.
Y también diversidad de elementos decorativos: anaqueles con libros, molduras, espejos o detalles como escribir las sugerencias del día en el espejo de la barra.
Otro ingrediente para conseguir un ambiente bohemio es la calidez que respira el lugar, en parte gracias a la elección del terciopelo para los asientos: rojo oscuro para los sofás que recorren el perímetro del comedor, y ocre y verde para las sillas.
Un estudiado desorden en el mobiliario, con mesas móviles para adaptarse al número de comensales, completa el look.
Por supuesto, en un lugar llamado Café Kafka no podían faltar referencias al escritor checo: una enorme y antigua montura de gafas decorativa o el perchero de una escuela son los guiños con los que el actual equipo le ha rendido homenaje.
CAFÉ KAFKA
C/ Fusina, 7 Barcelona Reservas: 93 315 1776 info@cafekafka.es
Vía: diarioDESIGN
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