

Esta idea se ha podido lleva a cabo gracias a que, al estar la cada en una planta baja, se han podido rebajar los suelos para lograr una mayor altura y así que cupiera el altillo sin afectar el techo del baño.

El espacio que queda en la entrada, a modo de recibidor, sirve por ejemplo para guardar las bicicletas.

La casa respira un ambiente acogedor a pesar del aire industrial de los apeos y los conductos a la vista (de acero galvanizado) fruto de una intervención anterior y que el estudio ha respetado.
Buena parte de este ambiente se debe a la textura de los materiales utilizados. El parquet laminado de lama ancha y roble viejo para el suelo, la madera de las vigas o el ladrillo visto pintado al plástico de varias de las paredes.

Los colores utilizados también aportan calidez a la casa: el uso del blanco para la encimera de la cocina, gran parte del mobiliario y las alfombras; la madera en tonos claros… Tan sólo unos golpes de naranja aquí y allá rompen la tendencia.
El baño, escondido detrás del núcleo, es el único lugar de la casa que se ha permitido la licencia de unos tonos más oscuros a través del gres porcelánico 30×60 en color antracita. La cerámica del baño es blanco brillante 10×40 biselada.

Los pequeños elementos de decoración también ayudan a complementar el ambiente hogareño de esta casa.
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Vía: diarioDESIGN
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