Dentro de la gran variedad de productos de la industria, destaca el gran desarrollo del gres porcelánico. Nació en los años 80 como un producto de altas prestaciones técnicas, caracterizado por reproducir la naturaleza y aproximarse, más que ningún otro producto cerámico, al concepto de roca o piedra natural, llegando en algunos casos a proponer combinaciones originales y desconocidas hasta el momento.
Se trata de un producto vitrificado en toda su masa y muy compacto, que presenta como característica esencial una porosidad extremadamente baja, que le confiere excelentes propiedades mecánicas y químicas, resistentes a la helada, lo que lo hace útil para su uso como pavimento o revestimiento exterior en zonas frías.
También presenta una gran resistencia a los agentes químicos y productos de limpieza y además mantiene una muy buena resistencia a la abrasión y con un elevado módulo de rotura, lo que facilita su uso en ambientes de intenso tráfico peatonal o en entornos industriales. A ello hay que añadir la facilidad de su limpieza, lo que le convierte en un material idóneo para la pavimentación de espacios donde la higiene es primordial.
La búsqueda de nuevos efectos ha dado lugar a toda una serie de tratamientos de producto final, como el pulido, permitiendo el desarrollo de dos variedades de gres porcelánico: el natural y el pulido. El porcelánico natural o sin pulir (no recibe ningún tratamiento tras su cocción) presenta un aspecto natural llegando a imitar a las piedras que encontramos en la propia naturaleza, como las pizarras, los mármoles, los adoquines...
Si el porcelánico es pulido, una vez finalizada la fase de cocción del producto, se pule la pieza adquiriendo un aspecto extremadamente brillante, imitando los efectos superficiales de cualquier mármol pulido.
Otro tratamiento del producto final es el rectificado del gres porcelánico, que hoy día también se está aplicando a otro tipo de materiales cerámicos. El rectificado permite la modificación de las dimensiones de las piezas, y así se eliminan los problemas de estabilidad dimensional además que le confiere una geometría muy regular.
El biselado de los cantos de las piezas o la eliminación de las juntas laterales de las mismas es otro tratamiento importante actual. Posibilita su colocación sin juntas de separación, logrando un efecto estético final de gran calidad.
Otra variedad de gres porcelánico que ha cristalizado en los últimos años es el pavimento de base porcelánica (sobre todo para aprovechar las propiedades de resistencia a la helada y baja absorción de agua) conocido por el gres porcelánico esmaltado. El producto se ha consolidado como una alternativa a los productos cerámicos esmaltados y es una posibilidad más para los fabricantes hasta la fecha de gres porcelánico "tradicional".
Su producción se está generalizando puesto que con la tecnología de la monococción se puede conseguir un producto de altas prestaciones técnicas. También recibe los tratamientos de pulido, rectificado, satinado o biselado de los cantos. Parte del éxito del gres porcelánico se debe a que se ha conseguido dotar a un material de altas prestaciones técnicas, de mayor calidad estética.
Las últimas tendencias del gres porcelánico es el desarrollo de los grandes formatos llegando a alcanzar los 90x120cm. Estas dimensiones abren nuevas posibilidades en la sustitución de las piedras naturales las fachadas, encimeras de cocinas y baños. La investigación avanza en sus efectos decorativos potenciándose productos de carácter rústico y los mosaicos.
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