El arquitecto italiano Federico Delrosso es el autor de esta vivienda de tres niveles ubicada en Montecarlo, en el famoso Principado de Mónaco. Delrosso ha conseguido, a través de una estricta paleta de materiales y colores, un cálido apartamento del que se desprenden una sensación de orden y un ambiente sereno.
A estos factores de carácter estético y funcional hay que añadir el de las relaciones familiares y, por extensión, humanas, ya que, para su autor, "el proyecto de una residencia privada ha de tener en cuenta la estructura familiar del cliente. La casa es una especie de exoesqueleto en el que las relaciones humanas, incluso antes que los lazos familiares, se desarrollan y encuentran su equilibrio".En este caso, el diseño de este nuevo apartamento parte de la petición expresa de sus propietarios de que pudiese acoger con comodidad a padres e hijos, algunos fruto de relaciones anteriores.
La vivienda surge de la fusión y la radical reestructuración de tres apartamentos existentes en un edificio de principios de siglo, en el corazón de Montecarlo. La primera intervención que se llevó a cabo fue crear una nueva escalera, completamente independiente de la comunitaria. El arquitecto ha utilizado esta estructura interna, de uso exclusivo para la familia, para crear un vínculo especial entre los tres niveles, a pesar de que son estéticamente independientes. 
Una de las claves del proyecto, teniendo en cuenta el carácter familiar de la vivienda, ha sido diferenciar los niveles en clave generacional. El primer piso, que es el más transitado, está dedicado a los niños. El segundo, más íntimo y compacto, es para los padres. El tercer piso, y último, está diseñado como punto de encuentro de toda la familia y para recibir invitados. Por este motivo, acoge la sala de estar y la cocina. La vivienda acaba con una buhardilla, un espacio tipo loft más informal y "anárquico", apto como lugar de estudio pero también donde disfrutar del tiempo dedicado al ocio.
Diviendo de esta forma los espacios, se ha creado un hogar desarrollado verticalmente y en orden inverso… La entrada está en la parte superior, en el tercer piso, que alberga la sala de estar y el desván. Descendiendo y en el segundo piso, se llega a las áreas más privadas (noche/estudio) de los padres y los niños más pequeños. Por último, la primera planta, que cuenta con acceso directo desde la escalera comunitaria, está dedicada a los hijos mayores y más independientes.”
La dicotomía entre los fuertes lazos familiares y, al mismo tiempo, la independencia de cada uno de sus miembros se ha traducido en el uso de dos elementos –uno estéticamente muy llamativo, el otro casi intangible- , que podría ser percibido como denominador común de toda la casa. Estos dos elementos son la madera de zebrano, que se ha utilizado en muebles, paredes, revestimientos… y una línea vertical imaginaria que atraviesa cada piso y se materializa solamente en la última sección, donde llega hasta el techo y se convierte en un cable de acero fijado a la viga central. Éste es deliberadamente muy visible y proporciona una apariencia muy metálica. Con él se transmite la idea de fuerza y ligereza al mismo tiempo, con personalidad pero no intrusivo.
Para el pavimento de la vivienda, se ha elegido el roble gris que se empareja de forma agradable con el zebrano. Su característica textura da lugar a un ambiente muy natural y cálido, y también sirve para suavizar la racionalidad ortogonal de los espacios. Además, funciona muy bien para "colorear" ciertos puntos del blanco hielo de las paredes (puertas, estantes, mesas ...). Por su parte, la madera zebrano va bien con los tonos cálidos y fríos, sin limitar las opciones de color que pudieran escoger a posteriori los habitantes de la casa, en cuanto a mobiliario y accesorios. Como opina el propio Delrosso: "es un elemento que apoya, pero no impide la evolución de esta casa ... Casi una metáfora de las relaciones familiares”.
Para más información visiten: Federico Delrosso
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