Sacar el aspirador, montarlo, enchufarlo, desplazarlo por toda la casa... Y desesperarnos cuando vemos que no absorbe suficiente polvo, porque tiene la bolsa llena y hay que cambiarla. Y después vuelta a recogerlo todo otra vez y a guardarlo en un armario donde ocupa gran cantidad de espacio, y que cada vez que abrimos deja caer uno o dos tubos sobre nuestra cabeza. ¿Os suena esto?. Seguro que si y por eso un tema muy interesante: los sistemas de aspiración centralizada.
Son sistemas en los cuales existe una central de aspiración, que consta de un motor eléctrico y un depósito (en los sistemas sin vacío automático) conectado a una red de tuberías y de cables eléctricos. Las tuberías terminan en unas discretas tomas situadas en la pared, junto al suelo. A estas tomas se les engancha un tubo o manguera de goma similar al de los aspiradores convencionales, y por ellas se recoge el polvo del aspirado, que es conducido al depósito. Además, los sistemas cuentan con una toma para la recogida del polvo del barrido, que suele instalarse en la cocina.
Tipos de sistemas:
. Sistema Estándar: El polvo va a parar a un depósito situado en la central, que debe ser vaciado periódicamente. Estos sistemas son más económicos, no gastan agua y tienen más potencia de aspiración que los de vaciado automático; por otra parte hay que limpiarlos y vaciarlos de forma regular, y cuando están llenos pierden potencia.
. Sistemas de vaciado automático: Llevan una tubería conectada al desagüe general de la vivienda y una toma de agua, además del resto de los componentes del sistema. Después de utilizarlos, se conecta el sistema de limpieza y el polvo es arrastrado por el desagüe. Son cómodos y no hay que limpiarlos nunca, pero salen más caros, tienen menos potencia de aspiración y gastan bastante agua.
Para instalar un sistema de estas características en una vivienda primero hay que ubicar la central, que ocupa un espacio importante. Lo mejor es colocarla en un lugar de poco uso, como un trastero, garaje, ático o sótano. Si vivimos en un piso podemos instalarla en la terraza o en algún armario que no utilicemos.
De la central parten las tuberías de PVC por las que circula el polvo. Estas tuberías quedan fuera de la vista, lo que implica realizar obras en la vivienda. Lo más aconsejable es hacer el tendido por falsos techos, que podremos abrir en caso de averías; además, si disponemos de dos plantas, podremos dar servicio a las dos.
Lógicamente, parte de la instalación tendrá que ir por la pared y puede que también por el suelo. Será necesario de hacer algo de obra de albañilería (picar paredes y enyesar las rozas) y pintar de nuevo. Las tuberías acceden al exterior a través de tomas, que pueden ser de plástico blanco, de colores, metalizadas...Estas tomas llevan una tapa de cierre.
Si instalamos un sistema de vaciado automático hay que contemplar la colocación de una toma de agua para alimentarlo, y tender además la tubería que irá a la bajante.
Ventajas:
. Son sistemas muy cómodos que revalorizan las viviendas.
. No hay que desplazar ningún aparato, y evitamos rayar y ensuciar el suelo con las ruedas del aspirador.
. Son muy sencillos de manejar; basta con conectar el tubo y apretar el botón que éste lleva en la empuñadura.
. Los aspiradores convencionales devuelven al ambiente el 30% del polvo que aspiran; los sistemas centralizados aspiran el 100%.
. Favorecen la circulación del aire y la ventilación, y resultan adecuados para viviendas donde haya personas con alergias.
. En viviendas nuevas o recién reformadas implican volver a hacer obra.
Podemos encontrar en el mercado sistemas de aspiración de tipo estándar, con motor de 1.350W, depósito, dos tomas y kit de limpieza, desde unos 950€ con IVA y transporte (para casas de 100-150 m2). Si añadimos la instalación, el precio asciende hasta los 1.500€ en adelante, dependiendo de la obra, el tamaño de la vivienda, etc.
Un sistema de vaciado automático de las mismas características cuesta alrededor de 2.000€ sin instalación.
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