miércoles, 23 de marzo de 2011

El estilo étnico

El estilo étnico es una de las tantas tendencias que conforman el interiorismo actual. Algunas veces, definiendo el espacio con características muy marcadas y, otras, acompañando a otros estilos, con sólo toques que lo diferencian.

Un espacio étnico se destaca, especialmente, por la presencia de objetos de diferentes culturas, especialmente de aquellas más exóticas y provenientes de los lugares más lejanos. Si bien muchos identifican su impronta con la decoración africana, diversos y remotos son los lugares que se evocan en sus ambientaciones: India, Indonesia, Tailandia, Marruecos, la Isla de Pascua, los pueblos gitanos, así como nuestras culturas latinoamericanas, acentúan lo distintivo de estos espacios.



En ocasiones, un solo objeto puede transmitir el espíritu de una comunidad y aportar así a la fusión que se busca lograr en el espacio. Parajes recónditos de Africa, Asia y aún de regiones de nuestro país, presentes a través de objetos que nos remiten a otros sitios, tiempos y culturas, y se convierten en protagonistas que dan el sello a interiores que pueden partir de una base minimalista o rústica, con muebles antiguos o muy contemporáneos o, por qué no, mobiliario de aire pop.

Si bien la base de estos espacios es la mezcla de muebles y piezas decorativas de diferentes culturas, requieren además de una ambientación especial que enmarque adecuadamente los elementos que luce.

La decoración de estos recintos, también alude generalmente a las viviendas africanas o de pueblos antiguos con predominio de materiales naturales y soluciones simples sin demasiados excesos ni recargados de elementos ornamenales. Pocos objetos, pero impactantes, es una de las claves principales.

Los colores favoritos son, generalmente los terrosos o la gama de los rojos, desde los granates a los naranjas. No obstante, los espacios en blanco y negro también logran un buen marco para la fusión de culturas.

Los materiales de este estilo, que apuesta a la calidez y al toque personal, son la madera, generalmente tallada, los tejidos naturales, el mimbre y distintas fibras vegetales, telas tintadas a mano, barro, piedra.

La luz juega un rol preponderante. Sus ambientes se matizan con una iluminación general suave y difusa, y luces puntuales destacando objetos, siempre en tonos cálidos. Velas, fanales, lámparas de papel, bambú entre otras alternativas dejan su destello étnico y junto a los aromas ayudan a generar una atmósfera especial.

Los viajes son un buen recurso para obtener piezas que marquen la personalidad de quien habita el espacio. Si los objetos hacen referencia a experiencias personales, caminos recorridos, viajes vividos, lugares que nos remontan a recuerdos, el espacio denotará un carácter aún más especial. Máscaras traídas de Africa conviviendo con tapices de Marruecos y coloridos killims de la India, logran un encuentro auténtico de culturas, en espacios donde no faltan objetos regionales, cueros, pieles o tapices que aluden a nuestra cultura nacional.

Todo vale: el toque multicultural es el que da el encanto, en una ambientación que acompaña con el mobiliario, la iluminación y los colores adecuados.

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