jueves, 7 de febrero de 2019

Prepare la casa para la llegada de un bebé

No deje nada para después. Cuando nazca el bebé querrá dedicarle todo el tiempo del mundo. Para conseguirlo, siga estos consejos que le ayudarán a preparar y tener todo a punto antes de la llegada del nuevo rey de la casa.

Preparar la casa para la llegada de un bebe es una de las cosas que más preocupan a los padres primerizos. A la incertidumbre de cómo será la nueva etapa vital se suma el desconocimiento de las necesidades que pueda tener el bebé, de qué es importante y qué no, o cómo hay que organizar la casa y el tiempo.

En las tiendas especializadas recomiendan todo tipo de muebles y objetos que, según nos cuentan, son imprescindibles, pero que luego en la vida real muchas veces ni se usan. Por eso, para no comprar más de lo necesario (pero tampoco quedarnos cortos), hemos elaborado una serie de consejos con los preparativos y el acondicionamiento del hogar para recibir al que será el rey de la casa.

La habitación del bebé

Aunque en los primeros meses de vida el bebé estará en la habitación de los padres, no está de más dejar su habitación preparada. Cuando nazca, no habrá tiempo para recrearse con la decoración y tampoco tendremos ganas de estar montando muebles o pintando paredes. Cuanto más previsores seamos, menos trabajo dejaremos para luego.

Pinte las paredes. Elija colores suaves y relajantes que le inviten al sueño. Aún no sabe si su bebé va a ser de los que duermen del tirón o no. En el caso de que le cueste conciliar el sueño, cualquier ayuda para hacerle dormir le parecerá poca. Si la habitación es pequeña, puede usar colores neutros como blancos, cremas, tostados o grises muy claritos. Los tonos fríos como el azul, verde, malva o violeta son muy relajantes. Pero si el cuarto es muy oscuro, quizá deba usar la gama de los cálidos, como el amarillo o el naranja en sus variantes más suaves.

Vinilos y láminas, mejor que pintar dibujos en la pared. Los gustos cambian, y nuestro bebé irá creciendo. Mejor dejar abierta la posibilidad de renovar la decoración de las paredes cuando queramos.
Mobiliario. Cuantos más muebles tenga, más cosas guardará y el desorden será cada vez mayor. En este sentido conviene ser minimalista: un armario ropero (con perchas de su tamaño); un mueble cambiador donde pueda guardar los pañales, toallitas, cremas, gasas, chupetes, etc.; la cuna (sin almohada, ya que los bebés no deben usarla); un par de estanterías de pared para poner fotos o adornos; una butaca cómoda para darle el pecho o el biberón por las noches, y una alfombra que se pueda lavar en la lavadora, para que no acumule ácaros.

Todo en orden. Disponga una caja o un hueco del armario para las medicinas, el termómetro y la carpeta con los papeles del médico. Tenga toda su ropita ya ordenada en el armario y una cesta o baúl (con freno en el cierre) para guardar los juguetes que vaya teniendo.

Para la cuna necesita un colchón recto y firme, un protector para que no choque con las barras, tres juegos de sábanas, una manta y funda nórdica. Añada también un saco para dormir, ya que si se mueve mucho estará destapado toda la noche.

La habitación de los padres

Los primeros meses de vida, el bebé dormirá junto a su madre. Por las noches demandará su toma de leche y todas las facilidades que pongamos para que la tarea sea menos ardua serán bienvenidas cuando llegue el momento. Bastará con poner un moisés junto a la cama, aunque las cunas colecho son la mejor solución si lo que queremos es no poner un pie en el suelo. Este tipo de cunas, también denominadas sidecar, prescinden de una de las barreras laterales por donde se acoplan a la cama de los padres, lo que facilita la toma nocturna.

Si decide darle leche de fórmula, no olvide instalar un calienta biberones en la mesilla y tener chupetes de repuesto.

Guarde en un cesto o caja varios pañales y toallitas para tenerlos siempre a mano.

El cuarto de baño

Si no quiere que su espalda se resienta invierta en una bañera con patas. Hasta la más sencilla le evitará estar de rodillas a los pies de la bañera para sujetar al bebé con una mano y lavarle con la otra.
Si dispone de espacio suficiente, meta el mueble cambiador. Si sale del baño con el bebé envuelto en la toalla puede coger frío por el cambio de temperatura. Por eso, si tiene la opción es mejor bañarle y vestirle en el mismo sitio.

Destine una parte del armario del baño para sus productos de higiene: peine, gel, champú, cremas, pañales, toallitas, tijeras, bastoncillos, suero en monodosis, etc.

En cuanto a la ropa de baño, le bastará con tres toallas con capucha.

La cocina

Si le va a dar leche de fórmula, tenga preparado un bote con leche en polvo, dos biberones y botellas con agua mineral. Prepare baberos que se cierren bien a la altura del cuello para que la leche no se cuele y humedezca la ropa del bebé.

Más adelante necesitará una trona. Como en lo demás, si se adelanta y la compra ya tendrá una preocupación menos. Intente que sea estable y ligera. Las que luego se convierten en mesa en realidad terminan siendo un estorbo.

¿Esterilizador? Cuestión de gustos. Hay padres que prefieren no esterilizar nada; otros que usan sofisticadas máquinas; y otros que lo hacen a la antigua usanza: hirviendo los objetos en una olla con agua. Usted elije.

Seguridad en toda la casa

Protectores de enchufes. Aún es pronto, pero no tardará en querer averiguar qué hay dentro de esos dos agujeros.
Esquineros. Cuando se inicie en el gateo o dé sus primeros pasos, chocará más de una vez con las esquinas de los muebles que, casualmente, quedan justo a la altura de su cabeza. Si aún está a tiempo, compre muebles de líneas suaves y redondeadas, pero si no, puede solucionar el problema instalando protectores de esquinas.
Barreras. Si la vivienda es de varias plantas, conviene contar con vallas protectoras para ponerlas en los extremos de las escaleras.
El peligro, cuanto más lejos, mejor. Ponga los productos de limpieza, los objetos cortantes y las medicinas fuera de alcance o en la parte más alta de los armarios.

Orden y limpieza

Cuando nazca el bebé, sobre todo en los primeros meses, las horas pasarán volando y no querrá dedicarlas a limpiar y ordenar la casa. Déjelo todo listo con antelación. Una buena idea es contratar a una persona para que haga una limpieza a fondo de cada una de las habitaciones.
No basta con limpiar. Desinfecte y pase la aspiradora, sobre todo si tiene mascotas en casa.
Lave toda la ropa y las sábanas del bebé con detergente hipoalergénico antes de colocarlas en su sitio.

Con todo preparado, solo queda aguardar que llegue el momento de enseñarle a nuestro bebé -por primera vez- la que será su casa, donde seguro que pasará una de las etapas más felices de su vida.

Vía: Hogar Mapfre

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