Lo primero que hay que dejar claro cuando estamos dudando entre luz blanca o cálida es que no hay un tipo de luz que sea mejor que otro. Es por ello que resulta difícil elegir la más apropiada para nuestra casa. Para que su elección sea más sencilla y tenga más claro cuál es la idónea, a continuación le mostramos las ventajas e inconvenientes de cada tipo de luz, así como una serie de consejos que seguro que le ayudarán a decantarse por una.
También es posible que después de leer este artículo se decante por las dos opciones, y es que no es obligatorio elegir solo una, sino que podemos aprovechar los aspectos positivos de las dos. Quizá, dependiendo de la estancia, prefiera un tipo de luz u otro, ya que una vivienda puede tener las estancias iluminadas de manera diferente.
Luz cálida
La luz cálida tiene como principal ventaja el ambiente acogedor que crea, ya que al ofrecer una iluminación en tonos calientes y apagados contribuye a crear una atmósfera de paz, armonía y tranquilidad. Este tipo de luz es recomendable para salones y dormitorios. Además, puede quedar genial en otros espacios tales como los jardines verticales. Si tiene la suerte de tener uno en casa le recomendamos que opte por una iluminación cálida.
Como no todo son ventajas, la luz cálida también presenta una serie de inconvenientes. El más importante de todos ellos es que la visibilidad no es muy buena, debido a la poca potencia de este tipo de luz. Si vamos a estudiar, leer o realizar otras tareas en las que la buena visión sea importante es mejor no optar por este tipo de iluminación. Es por ello que no se recomienda utilizarla en los dormitorios de los más jóvenes de la casa, ya que es un lugar destinado al estudio y tendrán que forzar la vista.
En la elección de la luz también dependen nuestros gustos, puesto que nuestro hogar tiene que ser cómodo para nuestro día a día y una mala elección de la luz puede hacer que no nos sintamos a gusto. Si no nos gusta tener poca luz y preferimos tener todas las estancias perfectamente iluminadas, será mejor que no escojamos esta opción.
Luz blanca
La luz blanca también es denominada luz fría y se puede decir que es más común que la luz cálida. Esto es debido a que presenta una mejor iluminación, es decir, alumbra con una mayor intensidad, por lo que la visibilidad es mejor. Recomendamos este tipo de iluminación en aquellas estancias en las que es importante que la luz sea potente para poder realizar bien las tareas. Estas estancias son la cocina, el baño y las zonas de lectura o estudio.
En cambio, lo que para muchas personas son ventajas para otras son inconvenientes. En el caso de la iluminación, muchas personas se ven deslumbradas o les cuesta relajarse en una estancia muy iluminada. Quizá no sea necesario que haya una luz blanca en aquellas habitaciones destinadas a ver la televisión o descansar, tales como el dormitorio o la sala de estar.
La luz, elemento fundamental de la decoración
Es muy interesante prestar atención a la iluminación de la estancia, ya que muchas veces nos centramos en el mobiliario y los accesorios y pasamos de largo del tipo de luz. Dependiendo de si elegimos una luz blanca o cálida, la estancia parecerá totalmente diferente. Por ejemplo, si nuestro recibidor es oscuro y no tiene ventanas -que suele ser lo habitual- lo mejor será optar por una luz cálida, que transmitirá el calor del hogar desde el momento en el que crucemos la puerta. Si, por el contrario, elegimos una luz blanca, por muchas fotografías familiares, accesorios o detalles que hayamos puesto, parecerá una casa fría y la recepción no será tan agradable.
Luz cálida
La luz cálida tiene como principal ventaja el ambiente acogedor que crea, ya que al ofrecer una iluminación en tonos calientes y apagados contribuye a crear una atmósfera de paz, armonía y tranquilidad. Este tipo de luz es recomendable para salones y dormitorios. Además, puede quedar genial en otros espacios tales como los jardines verticales. Si tiene la suerte de tener uno en casa le recomendamos que opte por una iluminación cálida.
Como no todo son ventajas, la luz cálida también presenta una serie de inconvenientes. El más importante de todos ellos es que la visibilidad no es muy buena, debido a la poca potencia de este tipo de luz. Si vamos a estudiar, leer o realizar otras tareas en las que la buena visión sea importante es mejor no optar por este tipo de iluminación. Es por ello que no se recomienda utilizarla en los dormitorios de los más jóvenes de la casa, ya que es un lugar destinado al estudio y tendrán que forzar la vista.
En la elección de la luz también dependen nuestros gustos, puesto que nuestro hogar tiene que ser cómodo para nuestro día a día y una mala elección de la luz puede hacer que no nos sintamos a gusto. Si no nos gusta tener poca luz y preferimos tener todas las estancias perfectamente iluminadas, será mejor que no escojamos esta opción.
Luz blanca
La luz blanca también es denominada luz fría y se puede decir que es más común que la luz cálida. Esto es debido a que presenta una mejor iluminación, es decir, alumbra con una mayor intensidad, por lo que la visibilidad es mejor. Recomendamos este tipo de iluminación en aquellas estancias en las que es importante que la luz sea potente para poder realizar bien las tareas. Estas estancias son la cocina, el baño y las zonas de lectura o estudio.
En cambio, lo que para muchas personas son ventajas para otras son inconvenientes. En el caso de la iluminación, muchas personas se ven deslumbradas o les cuesta relajarse en una estancia muy iluminada. Quizá no sea necesario que haya una luz blanca en aquellas habitaciones destinadas a ver la televisión o descansar, tales como el dormitorio o la sala de estar.
La luz, elemento fundamental de la decoración
Es muy interesante prestar atención a la iluminación de la estancia, ya que muchas veces nos centramos en el mobiliario y los accesorios y pasamos de largo del tipo de luz. Dependiendo de si elegimos una luz blanca o cálida, la estancia parecerá totalmente diferente. Por ejemplo, si nuestro recibidor es oscuro y no tiene ventanas -que suele ser lo habitual- lo mejor será optar por una luz cálida, que transmitirá el calor del hogar desde el momento en el que crucemos la puerta. Si, por el contrario, elegimos una luz blanca, por muchas fotografías familiares, accesorios o detalles que hayamos puesto, parecerá una casa fría y la recepción no será tan agradable.
Vía: midecoración
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