De manera lógica, se ha procurado mantener la naturaleza industrial del espacio sin caer en tópicos, ni de tematización, ni de tradiciones. Usando la simplicidad como principio, empezamos el recorrido a partir de la fachada original del edificio, sin retoques, ni adiciones. El acceso al local se hace a través de una grandiosa puerta de lamas de pino macizo teñidas en negro, que nos descubre uno de los materiales protagonistas del proyecto. La primera parte del espacio longitudinal nos invita a recorrer de forma lógica diferentes puestos como los ultramarinos, la lonja, y estanterías de exposición de productos de venta inmediata en las que se integran zonas altas y bajas de degustación, hasta llegar a la zona central de Bakery. Ubicada en un patio, cuenta con una nueva piel cenital, en formato de celosía, con la que evitamos visualizar la cubierta inclinada al mismo tiempo que mantiene la proporción del espacio en equilibrio con el resto de techos y niveles. Es un espacio dedicado a la producción de pan y pastelería de mercado, vestido por mesas de pino y una sucesión de bancos corridos. También la acompaña un área de butacas, mesas bajas, y grandes lámparas de &Tradition, que junto a las alfombras contribuyen a un clima más cálido.
A continuación se descubre la gran nave, que cubre parte del patio interior de la manzana. Una gran cubierta a dos aguas revestida en cerámica, se apoya sobre ligeros pero majestuosos caballos metálicos, y tiene como exclamación una claraboya central que baña de luz todo el espacio durante el día. Este conjunto se ha teñido en colores cálidos para unificar los diferentes planos, y bajo él se ubica la mayor parte de la zona de degustación, capitaneada transversalmente por una gran cocina que elabora entretenidas tipologías de platos —fríos, arrocería, brasa y fusión—. Una celosía en baldosas de terracota la envuelve, al mismo tiempo que silencia en su parte superior todas las instalaciones y conductos hacia el exterior, dejándolos intuir de una forma ordenada.
La nota contemporánea llega a través de dos volúmenes geométricos expresados en vidrio y malla metálica deployé, que por un lado esconden la bodega y por el otro funcionan como rótula distribuidora hacia el altillo. Este último con acceso a las oficinas, cámaras de frío, y a un huerto urbano que abastecerá de algunos de los productos al restaurante. La parte inferior de la escalera, destinada a la zona unisex de los lavabos, delimita las vistas hacia los baños. La parte inferior a la terraza es quizás el espacio más íntimo del local. Dedicado a la cocina con brasa, está coronado por una vitrina de maduración de carne que hace de este lugar una de las estrellas del mercado. Un banco corrido cubre toda la longitud de este espacio, junto a grandes mesas de pino natural teñido negro, pensadas para ubicar a grandes grupos.
A pesar de que el espacio se abre hacia el interior, se provoca una interacción constante con la naturaleza distribuyendo estratégica vegetación en la sala principal. Estos elementos contribuyen a la intimidad y a una correcta disposición de las mesas, pensadas para ser unidas de una forma ordenada, dependiendo del número de comensales. Un gran mueble de apoyo será el encargado de dividir la sala en dos territorios.
En el backstage del local se ubica el Kuarto Oskuro. Un almacén con una vida más privada que llevará a degustar “clandestinamente” las propuestas de la carta. Este espacio, al cual se puede acceder por una puerta escondida en las estantería de la lonja, también conduce a los vestuarios del personal, y desemboca en el acceso de mercancías y proveedores.
Para más información visiten: Francesc Rifé Studio
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